Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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"El más sabio no puede vivir en paz, si no le place al vecino de mal corazón."

Por esta razón, es fundamental que todos los europeos convivan en armonía en una comunidad en la que no se dé importancia a orígenes, razas o religiones.

La dignidad humana y la personalidad individual deben mantenerse en la vejez y debe facilitarse una amplia participación en la vida social. Para poder conseguir este objetivo, es preciso crear un sistema de intercambio de servicios, como por ejemplo a través de redes sociales, en las que jóvenes y mayores puedan ayudarse y apoyarse mutuamente, de forma voluntaria y sin retribución, en la vida cotidiana, por ejemplo con reparaciones en casa, para hacer la compra o para llevar a cabo trámites administrativos.

Para poder garantizar una sociedad efectiva y estable en el futuro, hay que atribuir máxima prioridad a la educación de nuestros niños y adolescentes, por lo que es necesario que se concedan ayudas interestatales para la formación y el estudio.

Otra tarea igualmente importante de todos los países europeos es combatir el desempleo.

Es vergonzoso que en numerosos países ricos en Europa aumente continuamente la pobreza infantil. Es una evolución que alarma tanto a sindicatos como a asociaciones sociales.

El Estado debería conceder más ayudas financieras y privilegios fiscales a las familias y, sobre todo, a las madres y los padres solteros.

También es necesario que los empleadores introduzcan un horario laboral flexible y que ofrezcan servicios de cuidado de niños.

Otro aspecto importante en Europa es la igualdad de géneros en cuanto a los salarios y sueldos. Si los hombres y las mujeres cumplen las mismas exigencias y realizan el mismo trabajo, deberían recibir el mismo salario.

En ningún otro estado mayor de la UE las diferencias salariales entre los hombres y las mujeres que trabajan a jornada completa son tan grandes como en Alemania. Las mujeres cobran aproximadamente el 22 % menos de lo que cobran los hombres. En la vejez, la diferencia de ingresos es aún más grande: las mujeres reciben un 50 % menos de pensión.

Por otro lado, los costes sociales aumentan con rapidez y se cuestiona la capacidad del Estado. Europa tan sólo representa el 7 % de la población mundial, no obstante, gasta más del 40 % de las prestaciones sociales a nivel mundial. Es un gasto que Europa pronto ya no podrá permitirse.

En vista del futuro, los políticos deben transmitir a la población el mensaje de que no basta con ingresar durante 35 años algo de dinero en la caja de pensiones y esperarse una pensión abundante en la vejez, ya que la comunidad de contribuyentes no es lo suficientemente fuerte. Los planes de previsión privados son cada vez más importantes.

También está aumentando la pobreza en la vejez en Alemania. No obstante, por el momento todavía no es motivo para inquietarse. Aquí, el número de personas mayores dependientes de ayudas del Estado todavía es considerablemente inferior al número que se registra en otros países europeos industrializados comparables con Alemania. Sin embargo, el problema se está agravando y la política debe responder con otras medidas aparte de la pensión mínima.

Cualquier persona mayor debe tener el derecho a seguir viviendo en su entorno habitual para mantener su estilo de vida independiente. El gobierno debe construir viviendas asequibles y céntricas que estén situadas cerca de zonas comerciales y servicios de la vida pública. Además debe fomentar nuevos modelos de convivencia a través de viviendas para la tercera edad, casas compartidas y casas multigeneracionales.

Un aspecto importante en cuanto a la previsión para la vejez es conservar los vínculos familiares, lo que implica un trato respetuoso y considerado entre las generaciones. Según algunas encuestas, con frecuencia son precisamente las personas mayores las que abogan por una política financiera sólida. Para estas personas el futuro de sus hijos y nietos a menudo es más importante que su propia pensión.

El hecho de que los europeos, tras una terrible guerra mundial, se hayan dado la mano en armonía, pone de manifiesto verdadera grandeza humana. Todas las generaciones deben hacer un esfuerzo para fomentar y conservar este baluarte de la paz.

Ruth Rebert (Alemania)
Delegada de la Asamblea