Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Respetado y respetable “amigo”, Jean Claude CHRETIEN, Presidente; Ilustrísimas señoras y señores, estimados todos.

Acepté con gran orgullo la presente ponencia representando a España, la cual le agradezco profundamente, en base a nuestra fraternal relación que establecimos en Valencia, su tierra adoptiva y su casa. Quiero aportar mi pequeño grano de arena, a una cuestión de palpitante actualidad y tan preocupante, en estos momentos, para el mundo de los mayores.

Hablar de “LA CRISIS FINANCIERA Y LOS MAYORES”.

Por sí sola la palabra CRISIS, ya nos impone una severidad que nos asusta, y nos sitúa en posición de guardia,

Si va unida a la palabra FINANCIERA, todavía es peor por la situación e inquietud que nos embarga.

Y por último si nos referimos a nuestro mundo, el de LOS MAYORES, la preocupación es total.

Es grave la situación, pero como nos viene impuesta por el mundo exterior que nos circunda, hemos de hacer algo para soslayarla o encontrar alguna acción o consideración, que la suavice o la anule.

Quiero recordar a ALBERT EINSTEIN, que ya decía en su época:

“ACABEMOS DE UNA VEZ, CON LA ÚNICA CRISIS AMENAZADORA, QUE ES LA TRAGEDIA DE NO QUERER LUCHAR PARA SUPERARLA”

La crisis que atraviesa la Unión Europea y España, es algo más que una crisis económica. No es un programa político ni un análisis rigurosamente científico, sino la EXPRESIÓN DE LA NECESIDAD DE UN COMPROMISO, que espero pueda ser compartido por muchos, para salir de ésta, ENTRE TODOS.

Es un intento de:

    - transformar en PROPUESTAS, el análisis;

    - en MEDIDAS, las protestas; y

    - en SOLUCIONES, la indignación.

Tras la indignación y el rechazo, las propuestas y las soluciones.

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Antes de introducirnos en el análisis de estas cuestiones, es conveniente, recordar ciertos aspectos básicos, para mejor comprensión de las cuestiones que amparan el presente trabajo.

SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN MAYOR.-

El creciente peso de la población anciana es uno de los cambios más significativos que se ha dado en las sociedades desarrolladas en la segunda mitad del siglo XX.

LA FECUNDIDAD.-

El elemento fundamental que condiciona el envejecimiento de la poblaciones, es el descenso de la fecundidad. Desde mediados del siglo XX, la fecundidad de las parejas ha ido descendiendo hasta alcanzar por debajo del nivel de reemplazo.

A pasado de 2’8 hijos por mujer, a 1’26 de hijos como media.

LA ESPERANZA DE VIDA.-

1975 de 70’4 años para los varones y 78’2 años para las mujeres, 2002 de 75’7 años, para los varones y 83’1 años, para las mujeres.

En el año 2001 la proporción de personas de 65 años y más años representaba un 17’0 % y, en el año 2025 supondrá el 21’2 % del total.

En el caso de España, la esperanza de vida al nacer en el año 2002 era 7’4 años mayores para las mujeres.

Al mundo de los MAYORES, le afectan, y cada vez más,  produciéndose ciertos IMPACTOS exteriores que nos condicionan, como son:

    A.- El impacto en los jubilados.

    B.- El impacto en la cobertura sanitaria.

    C.- El impacto del futuro de las pensiones.

 

A.- El impacto en los jubilados.

El otro elemento objeto de la controversia con relación al proceso de envejecimiento es el de las pensiones.

Desde algunos sectores se ha dado la voz de alarma, ante la imposibilidad de no poder pagar las pensiones en una sociedad en la que supuestamente el número de trabajadores podría ser inferior al de beneficiarios. Las pensiones de jubilación, junto con las de viudedad, son las más importantes en cuanto a su número de las administradas por el Sistema de la Seguridad Social, significativo el 59 por ciento y el 27 por ciento, respectivamente.

Previsiblemente el número de pensiones de jubilación en los próximos años, mientras que las de viudedad seguirán una tendencia descendente. Es de suponer también, que en las próximas décadas la cuantía media de las pensiones aumentará, no sólo como consecuencia de un reajuste del gasto social, sino también debido a que la composición de la fuerza de trabajo se ha modificado.

El aumento de la proporción de población anciana y los consecuentes cambios de las políticas sociales, que esto conllevará, hacen que desde numerosos sectores de la sociedad se planteen, que el envejecimiento de la población podría comportar una desestabilización del Sistema de la Seguridad Social y la crisis del Estado de Bienestar.

Otra de las tendencias del proceso de envejecimiento que se puede observar, es el incremento de la población más anciana, es decir, de la de 85 y más años. En el año 2001, el 10 % de  la población de 65 y más años superaba los 85 años y en el año 2050, según las proyecciones de población realizadas, esta cifra alcanzará el 21 %. Las tendencias demográficas muestran, por tanto, que en un futuro a medio plazo se producirá lo que se ha venido a denominar ENVEJECIMIENTO DEL ENVEJECIMIENTO o ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN MAYOR.

 

B.- El impacto en la cobertura sanitaria.

    B.1.- Los gastos sanitarios.

    El proceso de envejecimiento de la población que se está produciendo en las sociedades desarrolladas, representa un importante reto para el sistema sanitario, no sólo porque el gasto sanitario “per cápita” aumenta con la edad, sino también porque implica un cambio del carácter de las atenciones y cuidados demandados.

    B.2.- Discapacidad.

    La discapacidad es otra de las cuestiones que aqueja a buena parte de las personas mayores. Las discapacidades aumentan con la edad, haciendo que los que las sufren, dependan de terceros para la realización de las actividades de la vida diaria, como son las tareas del hogar, los desplazamientos dentro y/o fuera del hogar y el cuidado personal entre otras cuestiones cotidianas.

    B.3.- Exclusión social de los mayores.

    La exclusión social es otro de los problemas que afectan al grupo anciano. El proceso de exclusión social en los países desarrollados está determinado en buena medida por el acceso o no al mundo laboral.

 

C.- El impacto del futuro de las pensiones.

CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN: EL FUTURO DE LAS PENSIONES

El proceso de envejecimiento está provocando una importante preocupación social en lo que al gasto público se refiere. Desde numerosos ámbitos políticos, económicos y sociales, prevalece la inquietud de que el envejecimiento de la población suscitará un importante aumento del gasto social en sanidad y atención a las personas mayores, así como en las pensiones que éstas reciben.

En la actualidad los gobiernos están impulsando la progresiva implantación de un sistema de pensiones privado complementario del sistema público.

El retraso de la edad de jubilación parte de que el concepto de anciano, como persona de 65 años y más años, es completamente arbitrario y poco representativo de los cambios sociales que han acontecido en las últimas décadas. En una sociedad como la española, en la que los jóvenes comienzan cada vez más tarde su vida laboral e independiente de sus familias de origen, una persona con 65 años tiene una trayectoria laboral muy corta pero una esperanza de vida muy larga. En la actualidad, las personas con 65 años y más, se enfrentan a la jubilación con unos ingresos reducidos y, en algunos casos incluso, con personas a su cargo y, además, con un número cada vez más elevado de años fuera del grupo de la población activa, con las consecuencias económicas y psicológicas que esto conlleva.

CONCLUSIONES SOBRE LAS PENSIONES.

El proceso de envejecimiento de la población comportará un importante reto para las sociedades en el futuro. Sin embargo, en oposición al temor generalizado de que el envejecimiento provocará la desestabilización del Estado de Bienestar, no se puede olvidar que el alargamiento de la vida es un logro de las sociedades desarrolladas y como tal debe plantearse.

Los cambios demográficos que se están produciendo en nuestras sociedades, requieren una revisión de los planteamientos vigentes. Las reformas sociales, económicas y políticas que el proceso de envejecimiento exija, no se deben fundamentar en las implicaciones que el aumento del volumen de población mayor de los 65 años tendrá en la sociedad, como son el incremento del gasto social en sanidad y de las pensiones de jubilación, entre otras.

Entre las reformas que la sociedad española del siglo XXI precisaría ante el importante aumento de la proporción de población de 65 años y más, y con la finalidad de lograr una mejor calidad de vida de su población mayor y favorecer la financiación de las pensiones de jubilación, ESTARÍA LA DE AUMENTAR EL NÚMERO DE COTIZANTES A LA SEGURIDAD SOCIAL.

En lo que se refiere al retraso de la edad de jubilación, esta medida implicaría la reducción del número de población dependiente mayor. De este modo, la relación activos/pensionistas sería más elevada, mitigando por tanto las consecuencias que el proceso de envejecimiento tendrá en el sistema de la Seguridad Social y asegurando unas pensiones de jubilación acordes con el nivel de vida general de la población