El XXII encuentro de la Asociación Europea de Jubilados de Cajas de Ahorros se celebró este año de nuevo en Italia. Tras Sicilia y Cerdeña, la Toscana nos dió la bienvenida. Pasamos una semana agradable en el Valle de Orcia y nos alojamos en el hotel Grand Admiral en Chianciano Terme. Los platos recién preparados fueron exquisitos (mi reconocimiento a los cocineros), el personal del hotel fue simpático y atento. El ambiente de primera clase estuvo, una vez más, a la altura de nuestras expectativas. El tema que marcó este euroencuentro se tituló: - ¿Cómo podemos conseguir que la «Silver Economy» asegure la justa implicación de los pensionistas?
Los representantes de Portugal, Italia, Francia, España y Alemania intervinieron respecto a este asunto durante la asamblea general anual e intercambiaron sus impresiones en intensos debates. El resultado y las conclusiones de estas negociaciones serán enviadas a la plataforma AGE en Bruselas por la junta directiva. El ponente italiano Dr. Francesco Chitollina sorprendió a todos los presentes con su interesante intervención. Sus explicaciones reflejaron las vicisitudes constantes en la historia de Europa, marcada por las crisis y los avances. El objetivo era la unificación de los estados europeos. Por desgracia, hoy en día todavía existe el riesgo de que la comunidad alcanzada se desquebraje.
Nuestro presidente segundo, el señor Jean Claude Chrétien ha dejado, a nuestro pesar, su cargo. Le agradecemos su compromiso durante todos estos años y le deseamos lo mejor. Le deseamos a su sucesor, el señor Michel Pageault, suerte en las variadas tareas que le traerá el futuro.
La excelente planificación y organización de la junta directiva así como de la agencia de viajes Viajes Transvia colocaron este año el listón muy alto en lo que se refiere a la diversidad del programa turístico. No sólo conocimos la Toscana con sus bosques de pinos, sus viñedos y sus paisajes ondulados, también realizamos una excursión a Umbria, el corazón verde de Italia.
Nuestra primera excursión nos llevó a Siena. Allí visitamos la Piazza del Campo, escenario de las más emocionantes carreras de caballos; los Palios, la Catedral de Santa Maria de la Asunción, decorada de forma exquisita y el Palacio Comunal.
El tercer día visitamos Florencia, la metrópolis divida por el Arno y capital cultural de la Toscana. Cruzando el Ponte Vecchio llegamos al centro histórico, con su Piazza del Duomo y su catedral gótica; Santa Maria del Fiore, el campanario y el baptisterio. Las fachadas de los edificios están embellecidas de placas de mármol de diversos colores. El baptisterio es el templo más antiguo de la ciudad. Debe su enorme valor a los portales con escenas del Antiguo Testamento. El David de Miguel Ángel, de proporciones sobrehumanas, situado junto a la entrada principal del Palazzo Vecchio, es un reclamo fotográfico muy apreciado.
En las pequeñas ciudades renacentistas de Pienza y Montepulciano disfrutamos de un día más sosegado. Nos paseamos por el casco antiguo de Pienza y compramos el célebre queso de oveja Pecorino y en Montepulciano caminamos por empinadas callejuelas en la zona peatonal, con innumerables negocios vinícolas de la bodega Cantina Ercolani, en la que, tras una visita guiada, degustamos el refinado Vino Nobile y las exquisitas variedades de embutidos y quesos.
En Umbría se extiende harmoniosamente el lago Trasimeno entre las montañas de los Apeninos. Escalamos hasta la aldea de montaña de Castiglione del Lago, con su fortaleza medieval y disfrutamos de las hermosas vistas sobre el lago en un paseo a lo largo del antiguo pueblo de pescadores de Passignano.
La subida hasta el casco antiguo de Perugia se nos hizo más llevadera gracias a las escaleras mecánicas. Estas escaleras discurren a través de un barrio subterráneo de la ciudad, sepultado tras la sumisión de Perugia en 1540 por el Papa Pablo III. La ciudad alta también nos sorprendió con sus monumentos culturales, el Arco Etrusco, la Fontana Maggiore y la Catedral de San Lorenzo.
Tras la exquisita comida en el restaurante «Posta dei Donini» situado en una residencia histórica en las afueras de Perugia nos dispusimos a continuar, con las pilas recargadas, hasta Asís, lugar de nacimiento de San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana, y de Santa Clara, fundadora de la Orden de Santa Clara. El estilo medieval de la ciudad y partes de la basílica se vieron gravemente dañados tras el terremoto de 1997, frescos de gran valor y pinturas de Giotto quedaron destruídos. Tras su restauración, el ciclo compuesto por 28 frescos, en los que se narra la vida de San Francisco, está considerado como una de las mayores obras de arte de Italia.
Con el funicular o «funicolare» ascendimos hasta Orvieto. Allí visitamos la ruinas del pozo de San Patricio, situado cerca de las ruinas etruscas de la fortaleza y nos sorprendió su catedral gótica. Su fachada decorada con preciosos motivos muestra escenas desde el libro del Génesis hasta el día del Juicio Final.
Italia, con su vibrante tradición y su cultura antiquísima nos ha fascinado y nos ha impresionado sobremanera. Regresamos a Alemania con muchos bellos recuerdos.
La delegación alemana da las gracias a todos los organizadores. Decimos «Arrivederci» y «Até logo» hasta el próximo año con nuestros amigos portugueses como anfitriones en Oporto.
Christa Saia
P.D.: El terrible seísmo en Italia y el dolor de sus habitantes nos ha conmocionado profundamente. Deseamos a los italianos mucha fuerza, coraje y que Dios los bendiga en el futuro.
