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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 21



QUE EUROPA ESTAMOS CONSTRUYENDO Y QUE EUROPA VAMOS A DEJAR A LAS GENERACIONES VENIDERAS

Hay diversas Europas posibles: la de los bancos, la de los negocios, gobernada fundamentalmente con arreglo a los intereses de esos sectores, una Europa con tremendo déficit democrático y social sin un verdadero arraigo popular; una Europa gobernada con criterios no europeos. Las fuerzas progresistas quieren una Europa de los pueblos, arraigada entre las masas populares, una Europa no funcional, de carne y hueso democrática, de paz y solidaridad en la que los pueblos puedan reconocerse.

La pirámide de población del conjunto de Europa pone de manifiesto una notable y progresiva disminución de los nacimientos en los últimos 45 años. El perfil es el de una población muy envejecida y que tiende claramente a disminuir, salvo que haya movimientos migratorios importantes, en los próximos decenios, de cuyos riesgos trataré más adelante.

Los que hacemos personalismo comunitario, trabajamos para eso y por eso. No vamos a discutir si es necesario comprometerse porque sabemos, que ya estamos comprometidos y embarcados y que la abstención es la ilusión fabricada por el egoísmo. Hablaremos entonces de lo que somos capaces de hacer y transformar desde nuestras elecciones cotidianas, privadas y políticas, personales y comunitarias,  porque de esto y de nada más dependerá el futuro del ser humano. La humanidad está en manos de la humanidad.

A nadie se le escapa el estado actual de nuestro mundo, un estado de crisis terminal en todos los frentes y latitudes cuyas consecuencias ya no se pueden ocultar. Basta con mirar a Europa, a sus miles de indignados y desocupados o a los 49 millones de pobres de la primera potencia americana; basta con detenerse a pensar en la extrema conflictividad de los pueblos árabes; basta con ver las cifras siderales en continuo crecimiento que mueven el negocio de las armas y de la guerra de las drogas y de la trata de personas en el mundo entero; basta con recorrer la economía global manejada por la especulación financiera sin límite alguno, mientras en numerosos países del planeta, miles de niños mueren a diario de  hambre y enfermedades producto del hacinamiento y la desnutrición, basta con echar una mirada a las sofisticadas formas de genocidio favorecidas por políticas pro abortivas o a los negocios millonarios de la ingeniería genética; basta con dejar de ser ciegos a la extrema situación de vulnerabilidad y desigualdad social, cultural, psicológica, laboral, de los millares de hombres y mujeres que tejen la intrahistoria de los pueblos.

Y detrás de las incoherencias, aberraciones e inmoralidades de este tiempo hay siempre una elección humana, una puesta en acto de nuestra libertad soberana. Si a todo ello, le sumamos la hambruna existente en muchos países, es el detonante que obliga a explotar, obligando a que las personas emigren a otros países de Europa, considerados por ellos como la Tierra Prometida, donde van a encontrar la solución a todos sus problemas.

El panorama descrito no es por tanto un simple memorándum pesimista de quejas, catástrofes y males, nos dice algo más, nos obliga a estar atentos, a admitir que por el dolor del tú concreto, adviene la entera humanidad a mi corazón y a mi conciencia advirtiéndome que yo soy parte vital de ella. El dolor me revela y desvela la realidad, descorre los velos de la ignorancia, la indiferencia y el desamor. Este descorrimiento nos revela, entre otras muchas cosas, una humanidad que ha reconocido los – derechos humanos - , por cierto, más en sus foros y leyes que en los hechos, pero ha desconocido los – deberes humanos - , aquellos que nos obligan a realizar con urgencia la responsabilidad por el otro, que no puede tener otro comienzo que uno mismo.

La obligación se cumple cuando el respeto se expresa efectivamente, de manera real y no ficticia y únicamente puede serlo a través de las necesidades terrestres del hombre. Para nuestra alegría y esperanza debemos reconocer que se vislumbra en el horizonte global un crecimiento de la solidaridad que corre paralelo al crecimiento de la conciencia.  Respetar al ser humano, al prójimo, al otro, al tú, no significa meramente – dejarlo ser – ni paliar sus necesidades con solidaridad o con subsidios, sino encargarse de generar condiciones políticas, sociales y culturales, buena formación, un ambiente de cariño, unas condiciones materiales de dignidad, etc. para asumir con entereza y sentido el camino de su personalización, de su maduración como persona, realizar su vida, sus sueños, sus amores, su vocación …

En el gran concierto que ejecuta la humanidad, todos necesitamos de todos y la conducta y la conciencia de cada uno repercuten en la de los demás, desde lo más cercano hasta los aparentemente lejanos, incluidos todos aquellos que viven una situación de marginalidad signada por la violencia y el desamor.

Como ya mencioné anteriormente, la hambruna existente en determinados países y la situación política han influido en los movimientos migratorios. La inmigración en España es muy variada y está dominada por la procedente de áreas culturalmente cercanas. En España, la mayoría de los inmigrantes provienen de Iberoamérica, le siguen después los procedentes de la Unión Europea y del Norte de África, luego los de la Europa no Comunitaria, África Subsahariana, Extremo Oriente, Subcontinente Indio, América del Norte y Filipinas.

Continuaremos con la revisión de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística de España, que indican que se han producido más defunciones que nacimientos. Lo último publicado apunta a un crecimiento vegetativo negativo al superar las defunciones en 2753 al número de alumbramientos durante el pasado año 2015, situación que no se producía desde el año 1941. Esta situación se debe a dos razones; la disminución del número de mujeres en edad de ser madre y la crisis económica, que ha provocado que se alargue el momento de tener los hijos. Las primeras afectadas serán las familias pues las aulas se irán vaciando, se producirá un mayor retroceso económico con aumento del paro, subirán los impuestos a los trabajadores para mantener e las clases pasivas, etc. etc.

El cambio climático y los desastres naturales que acaban con la vida de miles de personas y animales son responsabilidad del hombre. La deforestación encarnizada de las selvas tropicales resaltando la importancia de los árboles para la vida humana, respiramos el aire que ellos producen, ellos limpian nuestra polución, las emulsiones de carbono, almacenan y purifican el agua, nos proveen medicinas que curan nuestras enfermedades y comidas que nos alimentan. El futuro viene dado un tanto negro para las generaciones venideras, ojalá y no se cumplan los presagios que determinadas personas y Organismos auguran.

De todo ello se deduce, que la situación es complicada y su solución no es fácil y es preocupante para toda la sociedad, lo que le quedaría a las próximas generaciones, no sería nada halagüeño si cada uno de nosotros no tomamos un cambio de actitud, priorizando el bien común  antes que el individual.

Domingo Pérez Auyanet
Presidente de la Asociación de Empleados Jubilados y Pensionistas de la Caja Insular de Ahorros de Canarias