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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 14



ASAMBLEA GENERAL
RESUMEN DE LA INTERVENCIÓN DE DON JOSÉ MANUEL PÉREZ GÓMEZ
“LOS MAYORES ANTE UNA CRISIS MUNDIAL DE CONFIANZA”

            Vivimos una crisis mundial de confianza, además, los mayores nos enfrentamos a una  falta de consideración social. Examinaremos estas circunstancias, trataremos de  fijar la frontera, siempre artificial, que separa a los mayores de los no lo son, para a continuación, resaltar la importancia que deben tener  los mayores, y concluir con unas reflexiones sobre las actitudes, preparación y requisitos que permitirán a este colectivo, no sólo crear confianza, sino también influir positivamente en el desarrollo de las sociedades occidentales.

En el mundo reina la desconfianza y se nota muy especialmente por  la ausencia de credibilidad. Políticos, empresarios, trabajadores, etc., no cumplen lo que prometen, pierden su crédito y nadie está obligado a conceder crédito a quien no sea confiable. A todo crédito se corresponde un débito. Las personas que hacen y dan más de lo que se espera de ellas, tienen crédito, tienen éxito. Al contrario, las personas fracasadas son las que hacen menos de lo que se espera de ellas.
El mayor, generalmente, da mucho más de lo que se espera de él. Es decir, tiene crédito, genera confianza. Además, el tiempo libre  le permite recobrar la libertad que no tuvo mientras trabajaba, facilitándole la elección de  en qué utiliza esta libertad, este tiempo, con lo que sus acciones pueden resultar de mayor calidad.

1.-       PANORAMA ACTUAL

- Nadie se considera viejo. Envejecen los otros.
- Contradicción: Queremos cumplir años, pero nadie quiere que se le considere mayor.
- Parece que los últimos años los hemos cumplido de repente.
- Disminuye el deterioro físico de los mayores, pero aumenta el deterioro moral.
- Se ha pasado del respeto y  extrema consideración al mayor, al desprecio

             ¿Por qué se ha pasado de la extrema consideración positiva de los ancianos, al desprecio por los “viejos” en la sociedad actual?.

 Existe un clima de opinión que  descalifica a los mayores “per se”. Se basa en ideas preconcebidas. Estereotipo del anciano improductivo, son apartados del ciudadano responsable.
Una primera explicación viene dada porque en la sociedad patrimonial, el anciano tenía la autoridad, que se respetaba por la dependencia económica de los hijos.
En términos económicos.(Utilidad marginal decreciente). Cuando un bien abunda, su valor subjetivo disminuye. Por el contrario, cuando un bien es escaso su valor es muy elevado.
Si bien el deterioro físico de los mayores está disminuyendo, crece el deterioro social (falta de rol) e incluso el deterioro moral (cese de responsabilidades- autoestima)
Nuestros antepasados nunca se jubilaban, morían al pié del cañón, y nos educaron para trabajar duro y para sentirnos culpables por no trabajar. En las sociedades tradicionales, el anciano era respetado y apreciado, se le pedía consejo, se reconocía su autoridad, sabiduría y moderación derivada de la experiencia. Sin embargo, en la actualidad no se tienen en cuenta esos valores, los políticos muy interesadamente, han  contribuido a crear una imagen negativa y desconsiderada hacia la figura del mayor (que jueguen entre ellos o con sus nietos), con el consiguiente cambio en  su  valoración y pérdida de respeto.
No es la edad ni las condiciones físicas o mentales,  es la sociedad quien califica de anciano o mayor a todo aquél que habiendo perdido su status ocupacional, no desarrolla una actividad suficientemente apreciada.

2.- IMPORTANCIA Y PESO DE LOS MAYORES
                                  
Tres son los efectos que se unen,  y dan como resultado final, un aumento de la población de mayores. El alargamiento de la vida por una parte, el acortamiento de la vida laboral por jubilaciones anticipadas por otra, y por último, el descenso de la tasa de natalidad. Unidos los tres efectos, aumentan considerablemente el peso relativo de la población de mayores sobre los más jóvenes.
Recuérdese que la tasa de natalidad para que exista relevo generacional es del 2,1 y las previsiones para el 2.020 son que 121 países estarán por debajo de esa tasa.
Además, la población de mayores crece casi exclusivamente en los países desarrollados, al contrario de lo que sucede con la población más joven. Aproximadamente el 50% de la población mundial tiene menos de 25 años, de esa mitad, sólo el 13% vive en las sociedades occidentales, el 87% restante en los países pobres.
En la actualidad, cada mes un millón de personas cumplen 60 años y se estima que hay 65 MM de personas que pasan de esa edad (10% de la población). En el 2025 este número se duplicará, y en  el 2050 alcanzará los 2.000 MM., población que estará instalada en su práctica totalidad en el mundo desarrollado.
Está claro, que con un peso tan importantemente creciente de los mayores en las sociedades occidentales, éstas no podrán continuar su ritmo de desarrollo, sin contar con este colectivo. El contar con ellos supone darles una consideración social adecuada, aunque naturalmente, esta consideración no se dará gratis, es indispensable una actitud positiva de los mayores, que deberán posicionarse en el status que les corresponde  por el desempeño de un rol socialmente apreciado.
La mitad de las decisiones de compra las efectúan mayores de 50 años, y el máximo de la riqueza se presenta  a partir de los 65 años.

3.- ACTITUDES Y COMPORTAMIENTO DE LOS MAYORES EN LA SOCIEDAD.
Para el logro de esta influencia y este posicionamiento, debemos ser conscientes de los cambios sociales que nos han conducido a una sociedad de la inmediatez, reduccionista (Los valores éticos se han transformado en valores económicos),  tecnológica, intercultural, individualista, consumista, globalizada, insegura y desconfiada.
A veces, hacemos de la desconfianza la muralla que nos protege del mundo exterior, de lo desconocido. ¿Pero nos protege o nos aprisiona?. En verdad que es complicado vivir sin desconfianza. Respecto a las personas desconocidas, desconfiar es la norma, y esa norma también se vuelve contra nosotros, cámaras que nos vigilan, cacheos en los aeropuertos, todos somos ciudadanos bajo sospecha.
            Para generar confianza hay que romper el círculo vicioso, yo desconfío y en consecuencia, los demás desconfían de mi.
En segundo lugar, actitud `positiva ante la vida conservando la alegría y las  iniciativas, que unidas  al  ejercicio físico  y dieta adecuados,  permitirán al mayor mantener, por largos años, una actividad gratificante, que contribuirá  a cambiar la despectiva calificación que existe de la vejez, y  a  crear un prestigio social para esta etapa de la vida.
Hay que valorar la importancia del buen humor. El mayor deberá estar satisfecho de su condición, edad y situación. Puede rememorar el pasado con agrado, pero sin añoranza.
La vida es lo que viene, no lo que fue. Conservemos con cariño los recuerdos, pero disfrutando del presente antes de que pase y se pierda para siempre.
Hay que poner a la familia, junto con la salud, en lo más alto de la lista de prioridades,  y mantener equilibrio entre ser amable y considerado con los demás, y uno mismo,  tratando de descubrir a las personas  con actitud negativa, ya que pueden influenciar nuestra autoestima. No hay que caer en el error de pretender cambiarlas. Normalmente no cambian. Debemos rodearnos de personas positivas.
Evitar las tentaciones de los mayores, que como sabemos son cuatro, inmovilismo físico, inmovilismo cerebral, inmovilismo afectivo e inmovilismo social.
La vejez es una etapa  para llenarla de proyectos e ilusiones sin preocuparse, nada más que en su justa medida, de la actitud de los demás hacia los mayores.
Todo ello contribuirá a que el mayor pueda ser el contrapunto de ciertas carencias de la sociedad actual, derrochando alegría y tranquilidad que contraste con el estrés de los más jóvenes, disponiendo de su  tiempo libre para ser utilizado activa y creativamente, compensando las carencias que inevitablemente vayan apareciendo con los años por  actividad física, intelectual, afectiva y social.

            En tercer lugar: Plan estratégico
En nuestra vida profesional hemos desarrollado planes estratégicos, realicemos uno más para nuestra vida personal
- Rodéate de aquello que te gusta: familia, animales, música, plantas, etc.
- Tu hogar es tu reflejo, pero no acabes encerrándote en él.
- No sucumbas a la añoranza. Sal a la calle. Ve a otra ciudad, al extranjero, pero no viajes por el pasado, que duele.
- Prevención de enfermedades, que es distinto de curación.
- Mantenimiento de una actividad que obligue al desarrollo de nuestras facultades mentales
- Ejercicio físico  y dieta adecuados.
- Compromiso con la vida. Mantenimiento de ilusiones y esperanzas.
- Mantenimiento del contacto con la sociedad y con la naturaleza
- Mantenimiento del orgullo por lo realizado, así como por la preservación de los valores morales de la  sociedad. La  persona mayor, ha conocido guerras, hambrunas, estrecheces económicas, falta de escolaridad y ha trabajado duro y sin quejarse para sobrevivir y crear las mejores condiciones de la sociedad actual.
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En cuarto lugar: Ejercer.- Campos de actuación
           
En la edad madura se sabe efectivamente más, y se poséen conocimientos afianzados, razonados y sólidamente ordenados.  Es una etapa en donde el docente y el investigador pueden realizar sus mayores logros. También la figura del asesor senior  es perfectamente aplicable. Resulta lamentable ver como se desaprovechan personas que han participado en importantes negociaciones, que han dirigido procesos de cambio fundamentales en sus empresas, que las han creado o reestructurado con éxito, etc.
Idénticas razones son aplicables a la figura del consejero independiente en las empresas, para defender los derechos de los accionistas
Otro de los caminos, que permiten una ocupación adecuada del tiempo, y establecen nuevos vínculos de relación para los mayores, se encuentra en el voluntariado en sus múltiples manifestaciones, ya sean culturales, recreativas, asistenciales, caritativas, de organizaciones profesionales u otras. 
Escritor.- Narrar la vida y experiencias
Político.- Defender derechos y otras aspiraciones de los mayores.
La función de los jóvenes es aprender. La de los mayores enseñar, transmitiendo toda la experiencia que aprendieron en la vida. Pasada la etapa de la sociedad patrimonial, pierde interés el testamento económico y paralelamente cobra vital importancia el testamento moral.
Efectivamente, el principal patrimonio a disposición de los mayores, es su propia experiencia. Legar el propio testamento, transmitir esa experiencia, exige una doble actividad: 1º.- Reconstruir la memoria personal, formulando un juicio retrospectivo que permita juzgar tanto de lo que se hizo como de lo que se dejó de hacer. 2º.- Transmitirlo a quienes deban escucharlo y puedan beneficiarse de este legado.
El mayor representa la Autorictas, transmite la cultura a los más próximos, la tradición,  simboliza el recuerdo histórico, la memoria de la familia, el nexo de unión entre todos, la vertiente amable de los valores tradicionales de honradez, trabajo, austeridad y prudencia. Sabe, mejor que nadie, jerarquizar, quitar hierro, crear puentes, porque conoce el estímulo del esfuerzo, de los fracasos y de la sabiduría del esperar.
El hombre necesita dar sentido a su vida. Esto se consigue con una actividad que aprecie, sintiendo que se perfecciona por su ejercicio. La mayor satisfacción se obtiene, cuando se advierte que lo hecho redunda en beneficio de los demás, constatando con ello,   que la finalidad en la vida no es ser feliz, sino ser útil, y que precisamente siendo útil a los demás, es como se consigue ser feliz.
Con la satisfacción de tener la certeza de que ha valido la pena vivir –a nuestra manera- creando una familia, unos amigos, visitando lugares y desarrollando una actividad profesional. Con las ilusiones puestas en proyectos en los que ya no hay carreras, nerviosismos ni codazos para llegar a la meta, sintiéndonos en paz con los demás y con nosotros mismos, digamos como Amado Nervo
Vida,  nada me debes
Vida,  nada te debo
Vida, estamos en paz

José Manuel Pérez Gómez
Doctor en CC. Económicas