Estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayuda importantes para realizar las actividades de la vida cotidiana”.
Es la definición contenida en una Recomendación aprobada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa en 1998. Si extrapolamos la expresión concluyente “necesidad de asistencia y ayuda”, el campo de los dependientes se amplía al infinito: la ilusión de considerarnos individuos aislados, independientes, autóctonos, y soberanos de nuestras vidas, no pasa de ser eso, una clara falacia. La realidad es que nos necesitamos unos a otros tanto física como psíquica e
intelectualmente y esa necesidad es la que nos lleva a relacionarnos de las mil formas que permiten la naturaleza, las costumbres, y las leyes.
Bien podemos decir que la principal finalidad de nuestra Agrupación es justamente existir como tal, agrupar a 60.000 personas europeas que tienen en común el haber trabajado en instituciones de fuerte raigambre y carácter popular y social, con un historial de servicio a las comunidades en que se implantaron que en muchos casos se adentra en el siglo XIX. Nos vamos conociendo
y sabiendo más los unos de los otros; y a medida que se consolida la unidad va tomando cuerpo una cierta conciencia de poder, basada no tanto en el número de asociados como en la capacidad y facultades que van evidenciándose especialmente en esas magníficas ocasiones de convivencia que son los Euroencuentros.
Es verdad aquello de “juntos podemos”, podemos
fundamentalmente presentar ante la sociedad internacional una personalidad coherente que
puede ejercer de portavoz e interlocutor válido ante cualquier autoridad o institución nacional o
supranacional. Podemos, naturalmente, exigir; pero también podemos ofrecer, colaborar, puesto
que nuestra privilegiada ubicación en ocho países (por ahora) nos permite conocer y comparar situaciones, avances, y posibilidades intercambiables en el campo de lo social que es el que más nos concierne. Ya se puede afirmar que en ese contexto la Agrupación ha iniciado una andadura que, a no dudar, contribuirá a precisar y fortalecer en Europa el espacio que por nuestra
importancia numérica y por la actividad programada nos corresponde.
Nos referimos, evidentemente, a la prospectiva presentada por nuestro Presidente J. R. López
en la Asamblea de Islantilla, en la que se detalla un campo de realizaciones de muy largo alcance.
En una simple enumeración mencionamos: los GET (Grupos Europeos de Trabajo), verdaderos
detectores capaces de analizar en su demarcación situaciones y avances de la protección
social y otros de interés general, a instancias de la Agrupación o espontáneamente; los TT (Talleres
de Trabajo) que en los Euroencuentros conjuntarán y procesarán las informaciones de los GET;
el OPPS (Observatorio Permanente de la Protección Social), título que ya enuncia su función... Y
otras actividades tendentes a vigilar y difundir las disposiciones y realizaciones nacionales en
defensa de la dignidad de nosotros, los mayores.
Anualmente se elegirá un tema “director” de todas estas actividades. En nuestro último Euroencuentro
se optó por la Dependencia, y sobre este tema se trabajará para que en el próximo Euroencuentro se pongan en común las informaciones de diferentes países, y se puedan presentar conclusiones a las autoridades que se estime conveniente, tanto en los ámbitos nacionales como en los estamentos políticos de la Unión Europea.
Dependencia física, psíquica o intelectual. Tal vez más que de palabras se trate de situaciones reales, difíciles de evaluar clínicamente. Son muchos los factores que concurren en cada caso y por tanto siempre puede haber unas disposiciones y baremos más acertados y justos que otros.
Nuestra Agrupación es un buen puesto de observación. La palabra es interdependencia.
