Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 5



El Euroencuentro de Pensionistas de las Cajas de Ahorros Europeas en Platja d’Aro supuso una experiencia especial para mí, como alemán del este y como trabajador durante 51 años en una Caja de Ahorros. Y sobre todo porque a los que estábamos detrás del «telón de acero» no nos estaba permitido el contacto con las Cajas de Ahorros de Europa occidental, de las cuales estábamos aislados. Hoy celebramos ya el 10.º Aniversario de nuestra entrada en la familia alemana de las Cajas de Ahorros al mismo tiempo que lo hacemos en la Agrupación Europea de las mismas. Sin embargo, el Euroencuentro constituyó una nueva experiencia tanto para mí como para mis compañeros de la Alemania del Este.

Cuando, a partir de 1945, comenzó la división de Europa en 2 bloques, las entonces 310 Cajas de Ahorros de Alemania del Este contaban con casi 100 años de historia y pudieron seguir trabajando para sus clientes. En 1990, y debido a unas fusiones que se llevaron a cabo, el número de las Cajas de Ahorros se redujo a 196 con 3.025 sucursales para una población de 17 millones de habitantes. El trabajo desempeñado en las Cajas se debía regir por unos planes estatales establecidos desde el gobierno central y todo lo necesario para el trabajo se racionó de acuerdo con estos planes, desde las hojas de papel hasta el número de trabajadores y las partidas para sueldos. Las Cajas de Ahorros se valoraron poco desde el punto de vista político debido a que no pertenecían a los sectores productivos y los sueldos y el equipamiento se encontraban por debajo de la media económica. Pese a todo, consiguieron abarcar con sus 18.000 trabajadores –de los cuales el 95% eran mujeres– una cuota de mercado de cerca del 25% de la población y más del 50% de los pequeños comercios y la pequeña industria. El reconocimiento por parte de los ciudadanos y su desarrollo lo han probado: no se puede prescindir de las Cajas de Ahorros a la hora de proporcionar cobertura económica a las amplias capas sociales, independientemente de qué sistemas sociales rijan.

Tras la apertura de las fronteras en 1989, las Cajas de Ahorros de Alemania del Este y del Oeste se pusieron inmediatamente en contacto y comprobaron las grandes diferencias en el equipamiento, en la diversidad de productos financieros y en la disponibilidad de plantilla. Los socios del oeste ayudaron a sus compañeros del este aportando material y personal. Lo hicieron, en primer lugar, como una muestra de solidaridad tras los largos años de historia común de las Cajas de Ahorros y, en segundo lugar, debido a la reflexión político-económica que advertía de que, en caso de que las Cajas de Ahorros del Este de Alemania se sacaran a concurso a merced de los grandes bancos del oeste, éstas dejarían de representar un papel en esta parte de Alemania y ello perjudicaría a todas las Cajas de Ahorros alemanas. De la noche a la mañana el derecho del este de Alemania se cambió por el diferente y todavía desconocido derecho del oeste. Fue necesario crear nuevas juntas directivas para las Cajas de Ahorros, con un componente del oeste que contará con el saber hacer de la economía de mercado y otro del este con sus conocimientos del lugar. Muchos compañeros de las Cajas de Ahorros del oeste comenzaron a hacer carrera en las del este. Al fin y al cabo las Cajas de Ahorros mantienen todavía tras estos 10 años unas cuotas de mercado más importantes, en sus segmentos de actividad tradicionales, que las instituciones análogas del oeste de Alemania y ello gracias a la fuerte motivación de los compañeros del este y a las ayudas del oeste.

¿Y cómo les fue a los pensionistas de las Cajas de Ahorros?

Detrás del Muro siempre se ha mantenido una gran camaradería entre los compañeros, abiertos y leales, de las Cajas de Ahorros. Los compañeros del oeste todavía se sorprenden hoy en día de la cordialidad con la que los antiguos compañeros del este se saludan. Siempre se había dado, además, por supuesto que las Cajas de Ahorros organizaran encuentros de forma regular para sus jubilados que, además, podían utilizar todas las infraestructuras de las Cajas de Ahorros como, por ejemplo, apartamentos donde pasar las vacaciones.

 

Entre tanto, la política de pensiones de Alemania Occidental se aplica también en Alemania Oriental. Esto supone que la pensión depende principalmente de la suma de lo que se haya ganado a lo largo de la vida laboral, lo que motiva grandes diferencias en el nivel de pensiones entre los compañeros del oeste –que por aquel entonces estaban bien pagados y que contaban además con seguros de asistencia laboral–, y los pensionistas de las Cajas de Ahorros del este, que percibían un sueldo por debajo de la media. Estas diferencias perdurarán todavía mucho tiempo para aquellos que se jubilen en los próximos años, porque sólo participarán del complemento de pensión durante unos pocos años. Además de esto, las pensiones del este ascienden, a iguales ingresos, tan sólo al 87% de las pensiones del oeste. Y con toda seguridad pasarán todavía otros 10 ó 20 años más hasta que el nivel de vida sea totalmente equiparable. Sin embargo, la mayoría de los pensionistas de las Cajas de Ahorros del este de Alemania están relativamente contentos, ya que han salido bien parados de la reforma realizada hasta ahora. Se reconoce que las personas mayores que vivían en el este de Alemania tuvieron la mala fortuna de estar en 1945 en el lado equivocado de la línea de demarcación y hubieron de soportar tan duras consecuencias. Por eso los jubilados de las Cajas de Ahorros se alegran todavía más de poder vivir de nuevo en una Europa sin muro.

Y de esta manera quiero participar del saludo de reconocimiento y las palabras de agradecimiento ya expresados por nuestra señora Rebers, como representante de los participantes alemanes, en anteriores publicaciones, y desear que podamos celebrar con salud próximos encuentros.

 

 

Hans-Geor Günther

Corresponsal en Berlín