Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 15



En los días en  que ordenamos las ideas para redactar este texto (Mayo del 2010), las economías de los países mediterráneos, en especial las de Grecia, Portugal y España, están siendo objeto de un ataque de lo que uno de los más ilustres pensadores portugueses de la actualidad, Boaventura de Sousa Santos, denomina  'fascismo financiero' (en la revista portuguesa 'Visão”, nº 896 del 6 de mayo, Pág. 30).

Esta nueva forma ideológica, cuyo rostro principal son las denominadas agencias de “rating”, poco tiene que ver con la ideología de los años 30; sus rasgos son mucho más devastadores y sus efectos más globales. Estas agencias, cómodamente instaladas en “Wall Street” o en la 'City”, con sus economías de casino deciden el futuro de países y comunidades enteras. Podrían, sin tener en cuenta sus democracias vigentes, soliviantar sus estructuras y conducirlos al caos social y a la miseria, sobre todo de los estratos sociales más desfavorecidos, como es el caso de los pensionistas.

Los gobiernos de nuestros tres países han intentado, con mejores o peores resultados, que los efectos de la baja de calificación crediticia del 'rating' de nuestras deudas públicas  no nos conduzcan a una destrucción social con efectos devastadores. Los tres países presentaron pactos de estabilización y crecimiento (P.E.C.), que se traducirán en los próximos meses (¿...o años?) en una pérdida del poder adquisitivo y en una reducción del ahorro.

En Portugal concretamente, lo que ha sucedido es un incremento del IVA en todas sus escalas, con una incidencia más desastrosa en los bolsillos de las familias y de las capas sociales ya con grandes dificultades. Al incrementar el valor del IVA sobre productos de primera necesidad (pan, leche, agua, transportes, electricidad,…) en más de un 20% (pasará de un 5% a un 6%), estos estratos, que ya gastaban una parte muy significativa de sus salarios en su compra, cada vez tienen más dificultad para sobrevivir.

Tanto funcionarios como políticos también sufrirán un recorte salarial y un aumento general de un 1 ó 1,5% en el impuesto sobre la renta (IRS). Cabe la posibilidad de que suceda en Portugal lo que ya ha sucedido en Grecia, un recorte de la paga extra. Esta situación no sería inédita en Portugal, pues hace casi 30 años ya sufrimos esta desagradable experiencia con efectos en nuestra renta disponible (Nota: En aquel momento, impuesto por el FMI, la paga extra de Navidad se aplicó a “Títulos del Tesoro” congelados durante tres años).

¿Y la situación de los pensionistas? Portugal es uno de los países con la renta per capita más baja de la U.E. Y esto ya lo sufre la población en su día a día. Con todo, los pensionistas sufren las consecuencias de una forma más agravada dada su condición social. En general, los pensionistas no tienen organizaciones sindicales que les puedan dar voz. Los antiguos funcionarios públicos todavía tienen las pensiones mínimamente actualizadas, dado que están indexadas a los valores que las organizaciones sindicales consiguen obtener para los que están en activo. En el régimen general, donde las pensiones son generalmente todavía más bajas, la actualización es decretada por vía administrativa, lo que supone que no siempre la actualización corresponde al valor de la inflación.

Así pues, los pensionistas portugueses se encuentran en una situación todavía más difícil que la de sus conciudadanos, trabajadores en activo. Los efectos del referido “fascismo financiero” pesarán todavía más en su vida diaria y ya que no representan ninguna fuerza de presión contra el poder gobernante, se temen consecuencias dramáticas en un país en el que el índice de suicidios en la tercera edad roza cifras alarmantes.

Frente a estas dificultades y oscuras perspectivas, mantenemos la esperanza viva y creemos que superaremos la crisis en los próximos meses (¿o años?) y que el peso de la sabiduría que nos aportan más de 850 años de historia como pueblo de cultura marcadamente luchadora nos llevará a buen puerto.

Candido Trabuco Vinetem

ANAC – Portugal