Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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¿Hay que extrañarse de nuevo que la Discriminación a causa de la edad esté en el centro de las preocupaciones de la Agrupación? Desgraciadamente no, ya que a pesar de las recomendaciones de los estados miembro de la U.E.., las Personas Mayores, deben aún y muy a menudo enfrentarse a prejuicios “de edad”.
El carácter preocupante de esta situación permanece por el hecho de que estos prejuicios y estos estereotipos son oficiales, sea directamente por medio de leyes y reglamentos, sea implícitamente por las costumbres y las prácticas.
En Saccia y en Albufeira, durante los A.G. anteriores, abordamos la Discriminación de la  que son víctimas las Personas Mayores, bajo sus aspectos sanitarios, sociales y políticos.
Este año lo trataremos bajo el prisma de la Economía. Podrán comprobar que algunas formas de Discriminación socio-políticas y sanitarias inducen a menudo discriminaciones económicas.

La Discriminación económica se basa en una percepción  negativa del envejecimiento demográfico. Con frecuencia, las personas mayores son consideradas incapaces de asumir algunas tareas o misiones; son percibidas como dependientes o difíciles de llevar. Estas afirmaciones, este enfoque restrictivo de la vejez, invade nuestra Sociedad y  las discriminaciones que inducen nos llegan ya a parecer justificadas y racionales.

La Discriminación Económica se manifiesta en todos los niveles. En efecto, mientras que la población envejece, nuevas oportunidades y nuevos desafíos se presentan a la Sociedad, suscitando nuevas cuestiones económicas y sociales. ¿Porqué las actitudes y las políticas tradicionales sobre cuestiones esenciales como el empleo, la formación y la educación, el reparto de la renta, el consumo de bienes y servicios, el urbanismo, la oferta y el acceso a los cuidados y a la vida familiar, cultural y pública no son siempre replanteadas en función de los cambios demográficos? Para poner término a la Discriminación Económica, los gobernantes tendrían que emprender una reflexión para una comprensión renovada y una modificación de actitud hacia las Personas Mayores.

 

ALGUNOS EJEMPLOS de Discriminaciones Económicas que padecen a diario muchas Personas Mayores.

En materia de empleo y de formación continua.

  1. En una sociedad en la que la prolongación del tiempo de vida es un éxito de la ciencia, la capacidad de un individuo ya no se mide en función de su edad biológica. Por consiguiente la jubilación obligatoria es una discriminación impuesta. La Asamblea Mundial de las Naciones Unidas reunida en Madrid en 2002 había tomado posiciones en este sentido. Con frecuencia la jubilación está precedida por un periodo, más o menos largo, en el cual otras formas de  discriminación se manifiestan: modificación descortés del contenido del empleo, intimidaciones, vejaciones, rechazo de promociones, rechazo de hacer beneficiar al trabajador mayor de la formación continua, y todo esto con el fin de provocar una jubilación anticipada.
  2. En la búsqueda de un empleo la discriminación por la edad es muy frecuente. El trabajador mayor, en paro, encuentra difícilmente un trabajo.

 

En la educación y en el acceso al saber.

  1. Las Personas Mayores no tienen acceso a la enseñanza superior.
  2. La evolución permanente de nuestra sociedad hacia el modernismo y el progreso genera una nueva Discriminación Económica, privando a algunas personas mayores del acceso a las nuevas tecnologías, por falta de medios y/o de formación de acompañamiento.

 

En los servicios financieros.

  1. Rechazo de préstamos y/o garantías más importantes.

 

Seguros.

  1. Diferentes tarifas en función de la edad
  2. Rechazo de los seguros, impidiendo a las personas mayores acceder a los créditos en función de los problemas de salud ligados a la edad.
  3.  Rechazo a asegurar los viajes a causa de la edad.
  4. Aumento del precio del seguro del coche en función de la edad sin tener en cuenta la conducción anterior.
  5. Para el seguro de salud complementario, incluso en algunas mutuas, se utilizan franjas de edad cuyos efectos se perciben tanto en las cotizaciones como en las pensiones para las personas mayores.

 

Seguridad social.

  1. Rechazo de rembolsar algunos medicamentos dichos “de comodidad” para las Personas Mayores, pero consideradas no indispensables.
  2. Algunas prestaciones rembolsadas desaparecen cuando el beneficiario se jubila.

 

El urbanismo y la vida comunitaria.

  1. Determinados organismos públicos o privados de gestión inmobiliaria no garantizan o garantizan mal la seguridad y la protección de las Personas Mayores, a veces por falta de medios pero sobre todo por laxismo. Se trata de una Discriminación Económica, la cual manteniendo un entorno “hostil” constituido por inmuebles antiguos e inadaptados, no permite la movilidad de las Personas Mayores o no garantiza su protección contra agresiones, maltratos, o incluso contra estafas financieras.

 

La oferta y el acceso a los cuidados.

  1. En algunas regiones clínicamente mal equipadas, un tratamiento médico específico o costoso, debido a una edad avanzada, puede ser diferido. Un ejemplo: para los exámenes de tipo escáner, IRM, la cita será concertada antes con una persona joven que con una persona de más de ochenta años.
  2. Internamiento de Personas Mayores en unidades de cuidados o en clínicas que ofrecen servicios inapropiados o no especializados por falta de especialistas en geriatría y gerontología.
  3. Mandar a Personas Mayores a servicios inaccesibles o inadaptados.
  4. Tendencia a normalizar los problemas de salud de las Personas Mayores, es decir a considerar o suponer que un problema de salud es normal para una persona de esa edad y que entonces no hay que tratarla como se trataría a una persona más joven.

 

La vida social o asociativa.

  1. Comprobamos igualmente una Discriminación Económica en el gobierno de algunos organismos públicos y privados que imponen límites de edad en los consejos de administración (70 años en las mutuas - 65 años para la administración de la seguridad social – 70 años para los peritos judiciales).

 

Hacer desaparecer la discriminación es todo un desafío. Hará falta mucho tiempo…
La Sociedad necesita reconocer que una longevidad aumentada no constituye una amenaza, sino una revelación de los inmensos progresos sociales. No tomamos lo bastante en cuenta las contribuciones que las Personas Mayores aportan a la sociedad.
En una situación económica mundial difícil por la crisis financiera, no tomamos suficientemente en cuenta la evolución sociológica que transforma los intercambios intergeneracionales. Las Personas Mayores tienen que enfrentarse a los  problemas sociales y financieros de las generaciones jóvenes.
Sus contribuciones futuras en términos de transferencias de recursos entre generaciones y de soporte y de educación son económicamente ignoradas o mal identificadas. Su capacidad para  comprometerse aun más con la sociedad no es suficientemente aprovechada  por los gobernantes, falseándose así la  percepción de una Sociedad para todas las edades.