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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 13



La Economia a prueba del envejecimiento demográfico

Las implicaciones del envejecimiento demográfico a menudo se abordan bajo el único prisma de los regímenes de jubilación et de las reformas que se deben llevar a cabo para asegurar su perennidad. Esta es una visión muy reducida. El tema del envejecimiento afecta a toda nuestra Sociedad y en todas sus dimensiones. Nuestra forma de trabajar, de repartir los tiempos sociales a lo largo de nuestra vida, de cubrir los riesgos sociales, de concebir las identidades de cada edad y las relaciones entre generaciones se han transformado profundamente a causa del envejecimiento de la población.

La prolongación de la vida junto con el envejecimiento demográfico pone en entre dicho cualquier modelo cultural de organización de las edades y los tiempos sociales. Esto pone en tela de juicio el papel correspondiente de las diferentes generaciones de nuestra Sociedad, su sitio en la creación de riqueza así como en la transmisión de recursos. Lo que implica la creación de una nueva forma de solidaridad entre generaciones.

En el momento en que en Francia tiene lugar la negociación acerca de la reforma de los sistemas de jubilación, políticos y economistas tienen un enfoque diferente de los efectos producidos por el envejecimiento de la población sobre el futuro de la protección social.

Los políticos se centran en el problema de las jubilaciones en cuanto al envejecimiento demográfico, puesto que para ellos, la naturaleza de un sistema de jubilación es una decisión política que concierne únicamente a los mecanismos de financiación. Para adaptar los regímenes de jubilación a la evolución demográfica, consideran necesario y posible actuar a distintos niveles: la tasa y la duración de la cotización, la revalorización, y la indexación, incluso la disminución de las pensiones.

Para los economistas, entre ellos Jean ARTHUS, (profesor de la Sorbona y de la Escuela Politécnica), a cada una de estas opciones, de estas elecciones políticas se les asocian efectos económicos previsibles, en particular respecto del ahorro y la inversión, el empleo y el mercado laboral, el crecimiento, y  de la redistribución de la renta entre categorías sociales y generaciones. El envejecimiento de la población tiene igualmente otros efectos a tener en cuenta respecto de la inflación, y los rendimientos financieros.

El envejecimiento y el empleo

La situación del empleo de las diferentes generaciones es un elemento tan fundamental como la posición de las generaciones en el marco de la protección social.

Para la socióloga y economista Anne Marie GUILLEMARD (miembro de la Academia de ciencias europeas), al contrario de lo que se afirma normalmente, 'el verdadero desafío que presenta el envejecimiento de la población no son las jubilaciones sino el empleo de los asalariados que envejecen”  

Todo se basa en el hecho de que se asocie la vejez y la jubilación, dejando de lado un principio fundamental: los sistemas de jubilación están basados en un contrato tácito entre generaciones. Este contrato trata tanto de las formas de repartir los tiempos sociales a lo largo del ciclo de la vida como de los riesgos de cubrir, según las distintas categorías de edad, para asegurar el pago de las pensiones. Ahora bien, hoy en día, asistimos a un cambio radical de la organización de las edades y los tiempos sociales.

De hecho, la organización racional de los tiempos sociales: formación de los jóvenes, trabajo continuo y seguro, jubilación para los mayores, se disgrega bajo los efectos de los riesgos económicos y sociales (paro, traslado de las empresas, cambio de empleo).

Finalmente en Francia asistimos, en el marco de la protección social a una nueva definición social de las edades. Así, la disminución la edad de la jubilación, ha favorecido las salidas anticipadas del mercado laboral lo que significa elevar la edad social de cualquier generación. De hecho, esta generación se considera vieja antes de tiempo puesto que ingresa en la inactividad antes. Y cuando a los quincuagenarios se les pone esta « etiqueta » de trabajadores mayores, se pone en tela de juicio la definición social de edad laboral, independientemente del envejecimiento demográfico.  

El envejecimiento, el ahorro y la inversión.

No volveremos a lo que se dijo durante la Asamblea General en Albufeira, donde se consideraba que para hacer frente al envejecimiento de la población, la Capitalización tenía virtudes que la Repartición no tendría, ya que se supone que la Capitalización acumula reservas que pondrían las pensiones a salvo de los altibajos económicos. El análisis de los acontecimientos recientes demuestra que no es así. La capitalización, al igual que la Repartición, sufre de los choques demográficos y económicos, pero mediante otros canales financieros.

En Francia, tenemos una posición más equilibrada. Consideramos que es posible combinar los dos sistemas.

Sea cual sea el sistema de pensión escogido, esta elección conllevará efectos sobre el ahorro y la inversión. La concesión de una pensión se analiza como un ingreso de sustitución. Tanto si este ingreso usa el canal de la Capitalización como si pasa por él de la Repartición, sigue siendo una transferencia de dinero (ahorro o cotización) en el tiempo. Pero sea cual sea el sistema escogido, siempre se basará en la producción de riqueza: pago de los sueldos, una parte de los cuales financia las pensiones, o pago a un fondo de inversión para asegurar un complemento de pensión. La noción de ahorro (cotización o ingreso a un fondo) es pues una constante, sea cual sea el sistema de pensiones escogido.

Así pues, constatamos que tanto la subida de la tasa de cotización como la introducción de una dosis de Capitalización demasiado grande puede llevar a una bajada del poder adquisitivo de los activos, bajada que puede frenar el crecimiento, y/o provocar una transferencia de riqueza, perjudicial para la inversión.

El envejecimiento demográfico y la solidaridad entre generaciones.

El debate recurrente, que en el ámbito de la perpetuación de los sistemas de pensiones opone los partidarios de la Capitalización y los defensores de la Repartición, resulta ser una elección cultural más que un enfoque económico. Los fondos de pensiones, los « pension fund », responden a un concepto típicamente ANGLOSAJON de la protección social. El modelo LATINO siempre ha sido más o menos refractario a esta forma individualista, y prefiere, por ideología o porque forma parte del patrimonio cultural, una  gestión basada en la solidaridad.

Durante la Asamblea General de Albufeira, la delegación Francesa afirmó su apego hacia el sistema de pensiones por Repartición, pero con un complemento a base de Capitalización, en forma de 'ahorro pensión'.  ¿Por qué?

Porque somos conscientes, desde luego, de los efectos que comporta el envejecimiento demográfico sobre la protección social (pensiones y salud), pero también estamos convencidos de que en nuestra sociedad que pierde sus referencias sociales, debemos mantener una visión solidaria, aunque tengamos que adaptarla.

En efecto, esta solidaridad entre generaciones debe evolucionar para basarse, a partir de ahora, en unos esfuerzos compartidos entre activos y jubilados. Se debe mantener cierta jerarquía entre los que pagan y los que reciben. Desconocer esta realidad sería arriesgarse a un conflicto de generaciones.

Nuestra posición se ve fortalecida cuando constatamos que AGE e YFJ, (el forum europeo de la juventud) pidieron también al Presidente de la Comisión Europea, el señor Barroso, que integrara la dimensión de solidaridad entre las generaciones en el Agenda social de la UE. Las dos redes europeas, que representan millones de ciudadanos, tanto jóvenes como mayores, consideran que ciertas gestiones son cruciales para promover una mayor solidaridad, garantizar la cooperación entre las generaciones.

AGE e YFJ consideran que los Estados miembros de la UE deben integrar la solidaridad intergeneracional en sus programas nacionales para la reforma de la protección social, con el fin de crear una mayor cohesión social y la perpetuación de nuestros modelos sociales.

Esta solidaridad intergeneracional ayudará los ciudadanos y los responsables políticos a realizar los cambios necesarios con el fin de superar el reto del cambio demográfico.

Es imperativo ACERCARSE LOS JOVENES Y LOS MAYORES para llegar a una sociedad para todas las edades.

 

Jean Claude CHRETIEN - Francia