Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 12



Euroencuentro 2007. Viva la Sicilia!!

 

GRACIAS a la colaboración de nuestros amigos italianos y a la excelente organización de la Junta Directiva de la Agrupación Europea (con la ayuda de Halcón Viajes y Aeroviaggi), tuvo lugar en la bonita isla italiana de Sicilia, por primera vez fuera de España, el XIII Euroencuentro de jubilados y pen­sionistas de Cajas de Ahorros, Bancos e Institucio­nes Afines. Seiscientos veinte socios de España, Ita­lia, Portugal, Francia, Inglaterra, Escocia, Suecia, Bélgica y Alemania pasaron unos días estupendos, del 20 al 27 de abril de 2007, en el complejo hote­lero Sciaccamare en la localidad de Sciacca (Agri­gento).

 

Durante la semana, San Pedro estuvo de nuestro lado y nos regaló el sol. El hotel del Aeroviaggi Club está situado al lado del mar entre olivares maravillo­sos; nos gustó muchísimo y la comida fue deliciosa. Las especialidades culinarias del país y el vino sici­liano nos fueron servidos elegante y creativamente. El personal del hotel fue amable, servicial y muy atento, como corresponde a su mentalidad italiana. San Calogero nos estaba observando siempre, pro­tegiéndonos desde el Monte Kronio; es un venerado santo que vivió allí 35 años y realizó muchas cura­ciones. En el siglo XVII se construyó un Santuario y el correspondiente Convento en su honor.

 

El 25 de abril el Comité Directivo de la Agrupa­ción Europea nos invitó a la Asamblea General anual. El tema dominante fue “La problemática de la discriminación de los mayores en el sistema sanita­rio”. Nos enteramos por los informes de los repre­sentantes de los distintos países, de que la atención médica y social en muchos estados no está garanti­zada al cien por cien. Aproximadamente el 80% de la población mayor tiene alguna enfermedad cróni­ca. Además no hay suficientes médicos especialistas en enfermedades de los mayores, tales como la demencia senil, el Alzheimer, etc. La aspiración de la Agrupación Europea es que se establezcan en todos los países, condiciones humanas para los mayores y que no se tolere una sociedad clasista en la atención sanitaria. En consecuencia, los repre­sentantes de Italia, Francia y España enviaron las ponencias desarrolladas a la Comunidad Europea en Bruselas y a los Ministerios de Sanidad y de Tra­bajo de sus países. La prioridad absoluta de la Agrupación es el envejecimiento con dignidad y su aceptación total en la sociedad. Todos nos debemos ayudar, de manera que las nuevas generaciones tengan futuro.

 

Siguiendo el relato del Euroencuentro, diremos que las excursiones estaban bien organizadas y su­peraron todo lo imaginable. Admiramos los lugares históricos, los prados floridos y el gigantesco paisa­je montañoso; la llaneza y la hospitalidad de los sicilianos fueron también para nosotros una agra­dable sorpresa. Irene, la guía de habla alemana, nos acompañó en todas las excursiones y nos mos­tró con su cultural saber y encanto siciliano, las cu­riosidades turísticas.

 

El primer día, por la mañana temprano, nuestro autobús salió con dirección a Palermo; durante el trayecto atravesamos el Valle Belice y divisamos la ciudad de Gibellina, totalmente destruida en 1968 por un terremoto y reconstruida con las donaciones y la ayuda activa de la vecindad. Irene nos relató también que en la cercana ciudad de Piano degli Albanesi, los cristianos albaneses se asentaron en el siglo XV, y sus descendientes todavía siguen la tra­dición de ponerse el traje regional e incluso hablar albanés en el oficio dominical.

 

Palermo, capital de Sicilia, está situada al pie del Monte Pellegrino en una llanura entre montañas que llaman Conca d’Oro, seguramente por los na­ranjales que allí había durante la dominación ará­bica. Hoy se extiende el término municipal por esta zona. El centro histórico se encuentra en el cruce perpendicular de dos calles principales, con una gran densidad de tráfico, siendo el lugar conocido por Quatto Canti, Cuatro Esquinas, en cada una de las cuales hay un palacio de estilo barroco, orna­mentados con fuentes que simbolizan las cuatro es­taciones y estatuas de los reyes de Palermo y de los patrones de los viejos barrios. Muy cerca se encuen­tra la Piazza Pretoria, construida en el siglo XVI, con la fuente del mismo nombre adornada con estatuas que en principio estaban destinadas para una villa toscana, pero en 1575 las adquirió el Ayuntamiento de Palermo; se la conoce como la “Fuente de la Ver­güenza” por la desnudez de dichas estatuas, algo a lo que no estaban acostumbrados los sicilianos. Visi­tamos la iglesia medieval más famosa de Palermo, La Martorana, construcción que data del siglo XII, y fué promovida por Jorge de Antioquia, almirante sirio del rey Roger II. En el espacio interior hay dos antiguos mosaicos que representan al almirante y la corona­ción del rey, respectivamente; hay también numerosas imágenes bizantinas de arcángeles, profetas y los evangelistas. Admiramos la fachada de la Catedral, pero no pudimos visitar el templo al detalle porque en ese día tenía lugar la beatificación del Padre Fran­cesco Spoto.

 

Después de una abundante comida en el restau­rante Garden Beach, nuestro autobús pasó ante la Porta Nuova, donde está el águila símbolo de Paler­mo, y nos dirigimos a Monreale. Avistamos la Ca­tedral de Santa Maria la Nuova que está situada en la parte alta de Palermo, y entramos en ella por una maciza puerta de bronce; la bóveda está sostenida por 18 columnas. Los muros están engalanados con mosaicos dorados, bizantinos, de los siglos XII y XIII. En ellos nos cuentan en imágenes, cronológicamen­te dispuestas, el Viejo y el Nuevo Testamento, tales como el Génesis, escenas de los Evangelios, las ben­diciones de Jesucristo y la Vigen con el Niño. En el patio del Monasterio, al lado de la Catedral, hay un bello claustro, muestra de las maravillosas obras de arte que hay en Sicilia.

 

Subimos en lo alto del Monte San Pellegrino a la gruta de Santa Rosalía, patrona de Palermo. La leyenda cuenta que en el siglo XVII ella liberó a la ciudad de la peste. Todos los años en el mes de Julio tienen lugar grandes fiestas en su honor.

 

Al día siguiente, por un camino pedregoso y empinado, subimos a los templos de Agrigento. El de Hércules, el de la Concordia y el de Juno fueron construidos entre los años 570 y 554 antes de Cris­to. El templo dórico de Hércules es el más antiguo; de las treinta y ocho columnas que tenía en su ori­gen, ahora hay solamente ocho. El templo de la Concordia es el templo griego mejor conservado, debido a su conversión en iglesia católica en el siglo VI. Aproximadamente 900 metros más allá está el maravilloso templo de Juno, o de Hera; todavía se conservan veinticinco columnas en pie. Cerca hay un altar y una cisterna antigua.

 

Después de dos días de historia y cultura des­cansamos cerca del mar, y el día siguiente salimos para Marsala. La ciudad está situada en la región productora de vino más importante de Sicilia. Su nombre viene del árabe, Marsaal-Allah, que signifi­ca “el puerto de Dios”. Es una ciudad muy impor­tante para la reciente historia de Italia: en 1860 Garibaldi desembarcó allí con su ejército para libe­rar Sicilia de la dominación borbónica. Hoy en día, Marsala es la DOC (Denominación de Origen Con­trolada) de sus vinos, y elabora las dos terceras par­tes de la producción de vino de Sicilia. Visitamos la bodega de Pelligrino, probamos el vino y compra­mos unas botellas.

 

Como en Marsala hay vino dulce, en Trapani hay sal. Fuimos a lo largo de la costa y vimos mon­tañas de sal en todas partes. Aquí la sal se extrae del agua del mar por evaporación y secado al sol.

 

Una excursión inolvidable fue la visita a Erice. Gracias a la serenidad y la capacidad de nuestro conductor de autobús, Calogero, llegamos felizmen­te por serpenteantes carreteras a este pueblo pinto­resco, situado a 571 m sobre el nivel del mar. La ciu­dad tiene un murallón con tres puertas medievales. La Catedral, con su grandiosa roseta del siglo XIV y el macizo campanile, antigua torre de defensa, son impresionantes. Callejeamos a lo largo de casas blancas engalanadas con flores, y después comimos el bollo, mazapán llamado en italiano “pasta di man­dorla”, y compramos esta golosina para llevar a nuestro país.

 

También fueron muy impresionantes, para noso­tros, los templos en Segesta y Selinunte. El templo de Segesta está rodeado por campos floridos, es un vestigio milagroso y conmovedor de una ciudad arrasada y desaparecida. Al lado, en una colina, hay un maravilloso teatro griego rodeado por muros de piedra. Las ruinas de Selinunte, que era una colo­nia floreciente en el siglo V antes de Cristo, están en un paisaje espléndido y protegido. Todavía no es posible identificar las divinidades que amparaban los templos, por esto se indican los edificios con letras: los templos más importantes son los E, F y G, dedicados probablemente a los dioses Hera, Miner­va y Apollo. De Las Canteras di Cusa se extraía el material de construcción para los templos. Bloques de piedra redondos que pesan aproximadamente 100 toneladas.

 

Una interrupción agradable a la visita cultural fue el viaje a una granja en la aldea de Caltabellot­ta, en la montaña. Allí estuvimos presenciando la preparación del queso. Se nos ofreció de una forma afectuosa y amable, distintos tipos de queso fresco de oveja, olivas, bruscetta y delicioso vino, mientras disfrutamos con los cantos y bailes típicos de Sicilia. Después de recobrar fuerzas, nos dispusimos para el descenso al centro del pueblo, bien reconfortados. En una colina, en medio de una región agrícola im­presionante, visitamos la iglesia gótica de San Sal­vatore, y la iglesia de la Virgen con la estatua de San Pellegrino. Este santo llegó a ser el patrón de la ciudad porque mató a un peligroso dragón que que­ría devorar cada día a un niño. Además ayudó a los pobres y a los enfermos recogiendo víveres para ellos.

 

El último día de esta estu­penda semana compramos re­galitos en Sciacca, una de las ciudades más viejas de Sicilia, fundada en el siglo VII por los habitantes de Selinunte, en un lugar donde ya había un balne­ario.

 

El grupo alemán da las ra­cias a todos los organizadores por el acogimiento sincero que tuvimos en Sicilia. Nos alegra­remos mucho de reencontrarnos con todos los compañeros euro­peos el año que viene.

    Ruth Rebert       Christa Saia