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Las pensiones en el Reino Unido

 

LEGADO el momento de escribir este artículo, es imposible conocer el alcance del debate acerca del futuro de las pensiones en el Reino Unido. El gobierno tiene previsto poner en marcha las reformas que, en su momento, se propusieron a finales del mes de mayo.

 

Se pidió a la Comisión de Pensiones que se encuentra bajo el mandato del diputado Adair Turner, ahora Lord Turner, que definiese el problema y sugiriese una posible línea a seguir. Pocos discutirían su análisis. En resumen, las soluciones que éstos proporcionan son bastante obvias: trabajar más años y ahorrar más para cuando llegue el momento de la jubilación.

 

De las diversas soluciones barajadas, también recomiendan que la pensión estatal se base en el índice real de

cotizaciones, no en el Índice de Precios al Consumo. Este índice empezó a utilizarse en 1980 durante el mandato del gobierno conservador de Margaret Thatcher y continuó con el gobierno laborista.

 

El problema fue que el informe Turner se filtró antes de su publicación e, inmediatamente, el Ministro de Economía y Hacienda dijo que una medida así era “inevitable”. El grupo principal que hace campaña por las pensiones, la Convención Nacional de Pensiones condenó el informe puesto que no ofrecía ninguna ventaja a los pensionistas.

 

Normalmente el gobierno laborista nunca publica sus proyectos. El problema es que se han presentado diferentes complicaciones; la principal de todas ellas ha sido el hecho de que el Gobierno, en contra de la opinión de los sindicatos, accedió a que los trabajadores del sector público pudiesen jubilarse a los 60 años y mantener su salario final de acuerdo con el índice referenciado anteriormente.

 

Los funcionarios están empezando a movilizarse a través de sus sindicatos y los trabajadores del sector privado

están enfadados puesto que sus impuestos irán destinados a financiar este sistema mientras que ellos deberán sobrepasar la edad media de jubilación y, además, percibir una pensión inferior. Recientemente, el Gobierno pareció aceptar la restauración del índice anterior, pero solo para aquellos que se jubilen a partir de los 75 años.

 

Y este es el punto en el que nos encontramos, a la espera de nuestro destino. La crisis del sistema de pensiones está cada vez más presente en la agenda del Gobierno, y los grupos que representan a los pensionistas esperan que las decisiones adoptadas se vean modificadas gracias a las presiones ejercidas.

 

Éstas parecieron hacer efecto en lo que a los impuestos locales se refiere, puesto que los pensionistas debían afrontar el aumento de los impuestos sin que dicho incremento se viese compensado en sus pensiones. Esta oposición hizo que algunos prefiriesen ir a la cárcel antes que pagar la mencionada subida y, curiosamente justo antes de las elecciones, el Gobierno respondió con una medida por la que se incrementaban las pensiones para que los pensionistas pudiesen hacer frente a estos pagos. Sin embargo, la tasa del impuesto local de 2006 ha sido duplicada y el mencionado incremento de las pensiones se ha suspendido.

 

Saben que los pensionistas están enfadados y que somos un colec tivo de once millones con una intención

de voto bastante superior a la de la población joven. Por eso las últimas elecciones locales han dado un mazazo al partido laborista y muchos votantes han expresado su insatisfacción con el Gobierno de Tony Blair que fue reelegido hace tan solo un año y cuyos indices de popularidad son las más bajos registrados en los últimos años.

 

Estas muestras de incompetencia tienen unas consecuencias nefastas para el Gobierno. Los grupos de pensionistas están dedicando sus esfuerzos a oponerse a estas medidas y a que su problema siga ocupando uno de los primeros puestos en la Agenda del Gobierno. Hemos tenido que soportar una guerra en Irak con la que no estábamos de acuerdo y que no ha tenido resultados estratégicos visibles; los problemas del servicio de Sanidad Pública; la oposición de los maestros a la reforma de la enseñanza, y problemas de inmigración masiva.

 

Sobre esto último, hemos tenido que escuchar recientemente las palabras del Secretario del Interior diciendo que las órdenes de deportación de unos mil de estos inmigrantes que hubieran tenido que hacer frente a penas de cárcel han desaparecido, por lo que estamos conviviendo con violadores y asesinos en paradero desconocido.

 

Otros reciben pensiones y ayudas del estado, entre las que se incluyen el otorgamiento de una vivienda, soportar ataques contra nuestros valores y abogar por la adopción del culto islámico.

La cuerda está muy tensa y muchos empiezan a hacerse preguntas. Parece que los Derechos Humanos

interfieren en casos de crimen y deportación La vertiente derechista DNP tuvo éxito en las pasadas elecciones puesto que se alimentaron del miedo de la población. Muchos se preguntan por qué tenemos que regirnos por la declaración de Derechos Humanos que regula Bruselas. Tampoco ayuda el hecho de que países como Francia,

Alemania e Italia han cerrado sus fronteras a inmigrantes de Europa del Este por lo menos hasta 2007, mientras

que las del Reino Unido han estado abiertas desde 2004. Es cierto que España y Portugal también han abierto

sus fronteras, pero es más probable que los inmigrantes se dirijan al Reino Unido. Tenemos un amplio historial en ofrecer cobijo a aquéllos que son perseguidos, pero hay que tener en cuenta que somos un país pequeño con un exceso de población.

 

Tony Blair, que en su momento prometió emplearse a fondo en nuestros problemas, ha hecho caso omiso a los miembros del Parlamento y, es más que probable que sea substituido por Gordon Brown, actual Ministro. La política que ha seguido en lo que a las pensiones se refiere es una parte del problema y no la solución.

 

El Partido Laborista se está resquebrajando al tiempo que intentan responder a nuestra democracia y, si alguno de los sistemas anteriormente mencionados resulta ser injusto, yo, como miembro del partido laborista, tengo derecho a alguna migaja de esta Amnistía Internacional y, yo, como pensionista que soy, creo que ha llegado el momento en el que el gobierno de Tony Blair empiece a intentar enmendar este legado que nos deja y que comenzó con la guerra de Irak. Motivo por el cual, considero que debería hacer algo por nosotros, los pensionistas, antes de marcharse. Pronto lo sabremos.

 

                                 

 

 

 

 

   Barry

   Ingmam

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