Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 3



FEDERACIÓN ESPAÑOLA

 

Nos erigimos en apóstoles de la solidaridad, cuando nos asociamos para trabajar por una sociedad armoniosa y cooperante, una sociedad en la que caben todos, y, en especial, UNA SOCIEDAD PARA TODAS LAS EDADES.

Claro que somos conscientes de las dificultades de actuar con generosidad y solidaridad, pero aspiramos a fomentar entre las generaciones estos valores como objetivo fundamental para la buena marcha de la sociedad. Queremos asegurarnos de si es cierto que se camina hacia esa sociedad en la que convivan en paz y armonía hombres y mujeres de todas las edades, o solamente se está formulando un slogan bien intencionado. Queremos que la solidaridad que tanto se anuncia no quede sólo en palabras, pues las buenas palabras hay que ponerlas en práctica si queremos sentir su perfume. Primero hay que ver lo que se hace, y después escuchar lo que se dice.

Hay que decir a los jóvenes solidarios que ellos son los primeros beneficiarios de su generosidad. Recordemos lo que se dijo en el Parlamento de las Personas Mayores celebrado en Luxemburgo en 1993: “Nosotros fuimos ayer lo que hoy sois vosotros y mañana seréis vosotros lo que nosotros somos hoy”. La solidaridad de hoy ha de ser para todos y para siempre. Lo que está en juego es nada menos que las futuras generaciones. Vamos a ver si somos capaces de aunar iniciativa y experiencia en un mismo esfuerzo.

En estos momentos creo que es necesario tener el coraje suficiente de decir la verdad. Debemos levantar el manto del silencio para que respire nuestra conciencia colectiva: ¿Que el dialogo intergeneracional es difícil y casi inexistente, y prevalece una indiferencia manifiesta, y se habla mucho sin escuchar apenas?. Cierto. Todos somos un poco responsables de esta situación que a nadie satisface, y tenemos el deber de reconducirla planteando un cambio significativo de actuación.

Aunque generalmente no se entiende así, es verdad que los mayores no queremos para nosotros actitudes paternalistas, de parcialidad. Sí respeto a nuestra condición de mayores y no sentimientos de compasión y de lástima. Claro es que esperamos llegar cuanto antes a unas retribuciones dignas y que hasta entonces hemos de aceptar ciertas ventajas exclusivas sin que ello signifique una discriminación que nos distinga o separe de otras generaciones. Admitimos un cierto trato de favor, no de inferioridad. El “caramelo” que con buenas intenciones nos ofrecen a diario (clubes y viajes exclusivos para jubilados y pensionistas, espectáculos especiales para las personas mayores, etc.) no es bueno para nadie si hay que saborearlo aparte. Hemos de integrarnos con las otras generaciones, no separarnos.

Nosotros podemos dar nuestro tiempo, nuestra experiencia, lealtad y afecto. A la familia, a los amigos, a todos. Podemos y queremos ofrecer nuestro tiempo a los demás. Yo sé que los mayores son generosos.

Pero es seguro que, a todo esto, siempre habrá alguien que se pregunte: “¿Qué es lo que quieren los viejos? No faltaría más que vinieran a quitarnos nuestros derechos. ¿No están ya jubilados y cobran su pensión?. ¿Qué más quieren?”. Y nosotros, claro, a ser buenos y a callar, a leer el periódico todos los días en casa o en el parque, a jugar al truque en el club de jubilados de nuestro barrio, a llevar los nietos a la guardería, y a esperar el momento en que decidan llevarnos a una Residencia. Para nuestro bien, por supuesto.

Es posible que haya llegado el momento de empezar otra historia que habrá que escribir con mayúsculas. Tenemos que estar preparados para ello. Nuestra ventaja es que nuestros años nos permiten ver todo el camino. Ellos, los más jóvenes, sólo pueden ver el primer tramo. Y no quisiéramos que los que dicen que nos escuchan tomaran a la ligera nuestras legítimas aspiraciones. Es importante tener en cuenta los sentimientos de todos, y la capacidad de armonizar las propias necesidades con las de otros. Pero tengamos esperanza y optimismo, por lo menos como factor curativo.

Pasemos, pues, a dar cuenta de alguna de nuestras aspiraciones y necesidades:

• Es evidente la necesidad de asociacionismo, agrupándose las asociaciones en federaciones para constituir a una confederación nacional, en la que, aunados en una sola voz, podamos hacer llegar y sentir a los gobernantes el respeto hacia nuestros legítimos derechos y aspiraciones como un deber de justicia.

• Debe propiciarse una cultura intergeneracional comprensiva y tolerante, que mejore las relaciones entre las personas de distintas edades.

• La regulación legislativa de Relaciones Laborales en España, ley destinada al personal activo exclusivamente, incluye una prohibición de posible inconstitucionalidad: la de agruparnos los pasivos sindicalmente. Y de hecho lo que hace es dispersar a los jubilados al conceder que podemos afiliarnos a cualquier sindicato de clase. Pedimos, por tanto, que se modifique esta Ley para que así los jubilados y pensionistas puedan participar en las negociaciones de los Convenios Colectivos representados por sus propios sindicatos en aquellos temas que les puedan afectar.

• Se estima que las pensiones de jubilación no deben estar sujetas a igual tributación que los rendimientos activos del trabajo, por ser, realmente, una acumulación de ingresos que ya tributaron a lo largo de toda la vida laboral.

• Reclamamos el apoyo público a los organismos de los que dependan las ayudas domiciliarias y la asistencia sanitaria a domicilio a las personas mayores que viven en soledad y no pueden valerse por sí mismas a la hora de realizar actividades básicas cotidianas. Por eso se pide una Ley de Protección al Mayor Dependiente.

• Deben facilitarse al personal próximo a la jubilación los recursos materiales y humanos para que pueda prepararse, de modo que la nueva etapa de la vida les resulte agradable y no frustrante. Hay que tener en cuenta que la vida de estos trabajadores va a cambiar radicalmente.

Y nada más. Para terminar, repetiremos lo que decía Balzac: “Lo mejor de la vida son sus ilusiones”.

Vicente GARNERO LLORET

Ex-Presiderte de la Federación de Asociaciones de Jubilados

y Pensionistas de las Cajas de Ahorros Confederadas