Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 4



CON sumo gusto acepto la amable invitación del Presidente de la Agrupación de Jubilados y Pensionistas de las Cajas de Ahorros Europeas a colaborar modestamente en este número de EUROENCUENTROS, y mi primer deseo es enviar un saludo cordial a todos y cada uno de los receptores de esta revista, que es un nexo de unión de todos los jubilados de las cajas de ahorros europeas.

 

Vicente Herrero

 

Mi pretensión no es otra que llevar mis pensamientos e ideas a conseguir que todos nosotros nos demos perfecta cuenta de que tenemos un puesto en la sociedad –individual y colectivamente– al que no podemos renunciar, y al que hemos de darle todo el contenido y eficacia que ha caracterizado nuestra vida profesional, muy directamente dirigida a mejorar la sociedad. Esto se conseguirá hoy también en la medida en que todos sus componentes –jóvenes, adultos activos y jubilados– seamos capaces de encaminar nuestras actividades diversas al logro de ese «estado de bienestar» que, en definitiva, no es otro que el de vivir alegres y felices, cada uno según su edad, estado y situación personal. Y ello salvando todos los «obstáculos» o «problemas» que de siempre han existido y existirán, porque entran en la propia condición humana. También contamos con objetivos comunes que posibilitan o, al menos, complementan, las tareas humanas cotidianas.

La problemática demográfica del mundo occidental, unida a la mayor longevidad del hombre, agudiza en cierto modo la situación, globalmente considerada, de las personas mayores y éstas –nosotros– no la resolveremos con una actitud de pasotismo, ni de peticiones, ni de conformismo, sino ofreciendo a esa sociedad que queremos, y de la que formamos parte, nuestra experiencia, nuestra capacidad de trabajo, nuestra colaboración y nuestro esfuerzo, para sentirnos útiles y satisfacer el deseo personal de ser considerados ciudadanos de pleno derecho en la sociedad civil.

Pienso que con ello, fuera de toda connotación de tipo político, sindical, laboral, etc., se reduce la falta de entendimiento intergeneracional y se acrecienta la solidaridad, tanto en la familia como entre las distintas generaciones que integran esta sociedad.

Tenemos a nuestra disposición muchas tareas de carácter emérito en las que participar para dar esa sensación personal de ser útiles a la que antes me refería: asociaciones, voluntariados, que tal vez de lo que más carezcan sea de personas dispuestas a ofrecer su tiempo, su formación y experiencia en beneficio de los demás, necesitados muchas veces de una conversación, de unas palabras de ánimo lo que a su vez estimula al que se ofrece a ello.

Los hombres de las Cajas conocemos bien la alegría del cliente al que, sin grandes esfuerzos por nuestra parte, hemos resuelto un problema que le parecía difícil, aunque no lo era tanto en la realidad. No hemos perdido, creo yo, esa capacidad de servicio a los demás después de nuestra jubilación, y por eso os animo a satisfacer esa añoranza profesional ahora también, a través de nuestras asociaciones, colaborando con ellas y en beneficio de compañeros y amigos que estén necesitados de nuestro servicio algunas veces, pero siempre deseosos de la amistad mutua. Claro está que siempre teniendo en cuenta la situación personal de cada uno.

Estoy convencido de que si somos capaces de llevar adelante esta labor y con ella satisfacer nuestros personales deseos, la sociedad se dará más cuenta de que es una «sociedad para todas las edades» y de que no necesita solamente a las personas mayores en determinadas circunstancias coyunturales, a la vez que les da pie para satisfacer las aspiraciones de estar debidamente representados en los diversos estamentos y organismos, lo que tantas veces hemos sugerido y solicitado. Hemos de pensar en el refrán de que «un grano no hace granero, pero ayuda al compañero». La sociedad que queremos tiene sitio para todos, porque de todos se sirve, pero también es preciso que esa sociedad sirva para todos.

Y termino dando mis mejores ánimos a todos para conseguir todo lo que pretendemos, con nuestro entusiasmo, esfuerzo y la satisfacción del deber cumplido, que la sociedad, con sus imperfecciones humanas, en algún momento sabrá agradecernos.

 

 

Vicente Herrero Herrero

Presidente de la Federación de Empleados Jubilados y Pensionistas

de las Cajas de Ahorros Confederadas (España)