Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 5



Me corresponde ser el portavoz de una reunión de trabajo cuyas conclusiones, que ahora hacemos públicas, no son el fruto de una reflexión personal sino el resultado de un debate en el que ha participado activamente un gran número de asambleistas.

 

Previamente desearía agradecer especialmente al Sr. Lucien ALEXANDRE, miembro suplente por Bélgica del Consejo de Administración de la Agrupación de Jubilados y Pensionistas de las Cajas de Ahorros Europeas, su eficaz labor como secretario de mesa que ha transcrito meticulosamente las distintas intervenciones. Quiero, igualmente, subrayar el trabajo tan documentado del Sr. Franco SALZA, Presidente de la Asociación de Jubilados de la Caja de Ahorros de Turín, cuyo documento me ha sido de una gran utilidad para la redacción de este informe. También agradezco al Sr. Luis Emilio ROMERO JIMÉNEZ, profesor de Universidad, que me ha transmitido propuestas muy útiles para ayudarnos a elaborar una política adecuada al desarrollo de nuestras acciones. Añadiré, del mismo modo, que la presencia de numerosos profesores de universidad ha constituido para nosotros, a la vez un honor, una ayuda y un poderoso estímulo para abrir nuestra profesión a otros sectores laborales. Finalmente, también he de agradecer cordialmente las 30 intervenciones que han facilitado mi tarea de moderador haciendo avanzar los debates.

 

 

Presidencia de la Asamblea General en Platja d'Aro. 17-4-2000.

 

 

Rápidamente caímos en la cuenta de que todos los puntos de la 'Declaración de Alicante' eran importantes y que, pese a la especificidad propia de algunos de ellos, todos están estrechamente vinculados.

 

Nos pareció, sin embargo, que los puntos 1 y 8 eran con mucho los más importantes, y yo me atrevería a decir incluso esenciales, en la medida en que constituyen objetivos fundamentales.

 

Los puntos 5 y 9 revisten, así mismo, una gran importancia porque permiten plantear una verdadera estrategia de comunicación. El punto 6 fue objeto de una apasionante discusión acerca del papel que podría desempeñar la EDUCACIÓN NACIONAL y, más concretamente, la Universidad en la construcción de una sociedad intergeneracional.

 

He podido constatar, y debemos felicitarnos por ello, que los congresistas dejaron de lado cualquier planteamiento que pudiera ser negativo, aunque no por ello se dejara de hacer referencia a los problemas, oposiciones, vacíos jurídicos, actitudes indiferentes, incluso hostiles, de determinados grupos profesionales, privados o públicos. Desde este punto de vista, deseo subrayar el cordial tono de los participantes, quienes, pese a partir en ocasiones de ideas divergentes, fueron capaces de debatir los temas con tolerancia y cortesía.

 

La principal dificultad ha sido pasar de la teoría a la práctica; es decir, plantear realizaciones concretas. Realmente no creo que hayamos descubierto la receta ideal para resolver los problemas que nos preocupan, pero sí creo que hemos sido capaces de avanzar de manera significativa. Efectivamente, cada país de la Unión Europea posee leyes diferentes, estructuras diferentes, mentalidades diferentes, culturas diferentes, de modo que armonizar todo este conglomerado no es tarea fácil como todos hemos podido comprobar; de ahí la idea de crear una plataforma que sea capaz de constituir un denominador común para todos los países.

 

En este sentido, los temas adoptados han sido los siguientes:

• La defensa del poder adquisitivo.

• La representatividad de los jubilados en los organismos que tratan los problemas de su incumbencia.

• La dolorosa situación de algunos jubilados disminuidos o en estado de dependencia física.

• El problema de la soledad.

• El papel del jubilado en el ámbito familiar.

• El papel del jubilado en el ámbito asociativo sea éste humanitario, deportivo, cultural o de cualquier otro carácter.

• El papel del jubilado en el marco de la formación profesional.

• El papel del jubilado en la salvaguardia de la memoria colectiva: lo que nosotros denominamos 'la obligación de recordar y transmitir'.

 

Esta lista no pretende ser exhaustiva y en modo alguno querría que el justo reconocimiento de estos problemas pudiera ser confundido con una serie de bajas reivindicaciones materiales. La sociedad actual es implacable con los débiles, y yo diría incluso que cruel. Algunos podrían plantear ¿en qué consiste la debilidad de los jubilados? Tienen una cierta seguridad económica; están prácticamente a salvo de los trastornos que sin duda han de padecer sus colegas en activo, gracias a sus derechos adquiridos; tienen pocas o nulas responsabilidades y tienen tiempo de dedicarse al ocio y a sus aficiones personales. ¿De qué se quejan entonces?

 

La respuesta es clara y sencilla. Desean ser considerados por la sociedad responsables mayores y no unos menores bajo tutela, un tanto descerebrados puesto que hay que pensar por ellos, cuyo único derecho es callarse y aceptar de forma pasiva cualquier decisión que otros tomen en su lugar. Pues bien, es precisamente esta pasividad lo que rechazamos. Pero, y aquí está el quid de la cuestión, tenemos que demostrarlo. Ante todo presentando un producto serio y encontrando los medios para venderlo. Hemos enumerado hace unos instantes lo que los jubilados desean y lo que proponen. El tejido social es un todo del que los jubilados forman parte. Gracias a los jubilados y a su presencia en diversos sectores se han creado o se han mantenido empleos que de otra forma habrían desaparecido.

 

No hay lugar, y todos lo hemos podido comprobar, para militar en favor de una política de reintegración sino exclusivamente reconocer el lugar que los jubilados ocupan y procurar que, de ahora en adelante, no pasen inadvertidos. A continuación, una vez elaborado el producto, y para ello ya se han proporcionado varias pistas, hay que lanzarlo al mercado, darlo a conocer y asegurar su éxito.

 

Desde este punto de vista debemos impulsar la imaginación al poder, y soy consciente de que no carecemos de ella, porque gracias a pequeñas ideas deberemos ser capaces de realizar grandes objetivos.

Citemos algunos ejemplos:

• Creación y difusión de revistas, documentos de reflexión, instrumentos interactivos tanto en el medio de los jubilados, algunos de los cuales se encuentran a veces aislados, como más allá de nuestro universo con tendencia a replegarse sobre él mismo.

• Vivir con nuestros tiempos, optar por la modernidad y crear un sitio INTERNET

• Multiplicar los contactos escritos u orales con las personalidades políticas y de la sociedad civil, con otras asociaciones de jubilados, con el fin de crear conjuntamente un frente común; igualmente con nuestros colegas en activo, especialmente los sindicatos y los comités de empresa, para intentar hacerles comprender que nuestra lucha también es la suya; y también, finalmente, como lo estipula el punto número 6 de la Declaración, estimular los contactos con el medio universitario

• Suscitar la colaboración de los periodistas de todas las tendencias.

Todo ello, naturalmente, con un pensamiento común, no me atrevería a decir único, pero lleno de fe y de entusiasmo. En concreto, deberíamos ser capaces de romper con la imagen de un jubilado confinado en su mundo, para presentar la del jubilado moderno, a gusto consigo mismo, perfectamente integrado en su siglo, dispuesto a tomar parte en la vida social y asegurar el pleno desarrollo de los derechos y los deberes.

 

 

Presidencia de la Asamblea General en Platja d’Aro. 17-4-2000.

 

Este trabajo de 'lobby' es indispensable; debemos estar presentes en todos los foros, al mismo tiempo mediante la palabra, los escritos y la acción. La revolución de las 'sienes plateadas' debe hacer nacer en los espíritus una 'Nueva Cultura' que podría concretarse bajo la forma de una auténtica 'CARTA DEL JUBILADO EN LA EUROPA SOCIAL'. Con este fin es preciso que permanezcamos siempre unidos, más allá de nuestras diferencias, ya que, no nos hagamos ilusiones, nadie vendrá a proporcionarnos aquello que no seamos capaces de pedir. Cualquier cosa que ganemos, la deberemos ganar a pulso.

 

Tras este vistazo general, amplio, no saquemos la conclusión de que todo será obtenido de golpe. Pero si cada día estamos presentes en la lucha, no nos habremos reunido en vano. Desde este enfoque será responsabilidad de nuestra Agrupación la creación de un 'observatorio', cuya función será la de aconsejar, ayudar y valorar los resultados obtenidos por los países miembros.

 

Existe, no obstante, un aspecto que los congresistas no han abordado: se trata del meollo de la cuestión, el dinero. Nuestra Agrupación y los diferentes países miembros deberán proporcionarse a sí mismos los medios para el desarrollo de esta política. Porque, aunque esta consideración pueda parecer fuera de lugar en este gran debate de ideas, los medios económicos no deben por ello constituir una cuestión dejada al margen del debate.

Tan sólo nos queda ahora empuñar nuestro báculo de peregrinos y convertir a nuestra justa causa a todos nuestros potenciales compañeros. Buena suerte a todos y hasta el año próximo en el EUROENCUENTRO 2001. En él tendremos la ocasión de determinar los logros alcanzados.

 

 

Jean Vauriot

Redactor Jefe de INFOS RETRAITES (Francia)