Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

PUBLICACIONES

Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 6



Siempre hemos combatido desde esta publicación el vicio social de 'los nuestros' afirmando que 'los nuestros' son todos. Seguimos en ello, pero es evidente que para que esa afirmación sea una auténtica realidad, hace falta en principio que en ese 'todos' imperen unos criterios de equidad que los comprenda y los defina por igual. Constituiremos un todo homogéneo aplicable a nuestra aspiración cuando jóvenes y mayores, hombres y mujeres, trabajadores y jubilados, seamos sujetos de derechos y obligaciones que socialmente nos equiparen, de forma que ningún grupo o sector tenga preponderancia o, lo que es peor, prepotencia, sobre los demás. Especialmente en cuanto a los deberes-derechos sociales primarios y fundamentales se refiere: capacidad de representación social, base económica necesaria y suficiente, acceso a Instituciones oficiales,  respeto a los rasgos definitorios comunes, atenciones sociales adecuadas, etc., etc.

 

Lo que ocurre es que, cuando de mayores se trata, hay muchos 'clanes' diferentes: banca, enseñanza, comercio, construcción, etc., etc. y cada uno se defiende como puede, haciendo la guerra por su cuenta, sin comprender que la división anula y anquilosa. Pero ¿dónde está el aglutinante capaz de aunar voluntades y esfuerzos y alcanzar la eficacia y operatividad necesaria? Hay intentos, propuestas, ofrecimientos. Alguna de tales propuestas podría reunir aceptables condiciones como lugar de encuentro. Podría ser. Pero dentro o fuera de determinadas  organizaciones, lo fundamental es llegar a una concienciación colectiva, afrontar la evidencia de que el factor que nos identifica es el haber tenido una vida profesional, una base profesional que en cierto modo nos ha hecho ser lo que somos y para la que ya no seguimos viviendo. Por conveniencia o por imperativo legal, el hecho es que con una formación o con otra, con más o menos edad, somos jubilados, retraités, aposentados, jubilierten, pensionati, retired...Un hecho con muchos nombres, definitorios todos de una sola realidad: constituimos una auténtica clase social. Una clase muy 'sui generis' que comprende todas las clases sociales que definían el clasismo convencional prácticamente superado en la actualidad.

 

Pero es cierto que las clases sociales han constituido un factor decisorio en el acontecer histórico. El último siglo quedaría vacío si se eliminara el papel desempeñado por la clase obrera; con anterioridad, la clase media fue clave en la industrialización y la creación del tejido empresarial. Nosotros, ahora, la clase JUBILAR, en los albores del siglo XXI, somos poseedores de una gran potencialidad, tanto en lo económico como en lo social, y, si alcanzáramos la necesaria cohesión, también en lo político. Si el aglutinante propuesto llega a funcionar, habrá que contar con nosotros, y, verdaderamente, eso será bueno. Será bueno porque atajará el actual derroche de energías y experiencias; será bueno porque abocará a una estructuración más razonable del proceso económico y social; será bueno porque facilitará las relaciones intergeneracionales; será bueno, en fin, porque será justo. Por el momento vamos caminando hacia el lugar de encuentro. Hace falta decir a los otros, a los muchos, que allí les esperamos.