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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 20



EDITORIAL

Nuestra Europa está pasando por tiempos difíciles y muchos de los vínculos de unidad y de amistad están siendo sometidos a prueba cada día.

La "crisis" que afecta a la economía mundial, incluyendo Europa, plantea retos a los cuales nuestros líderes políticos tienen muchas dificultades a la hora de resolverlos.

En un primer momento, nuestra Europa tuvo que hacer frente a la situación de los países del sur de Europa (especialmente España y Portugal), a continuación, la situación en Grecia y ahora la terrible crisis de los inmigrantes del norte de África.

La debilidad de una Europa política que no ha superado su primer reto (la unidad) puede ser la causa de nacionalismos extremistas que no podemos tolerar. No es admisible cerrar las fronteras y enviar al ejército a disparar sobre la gente desesperada con el pretexto de querer defender los puestos de trabajo y la seguridad de sus ciudadanos. Esto es aún más incomprensible cuando estamos hablando de pueblos que hace poco más de 50 años eran ellos mismos quienes buscaban asilo en el extranjero debido a la persecución política en su país (como viene sucediendo con los inmigrantes).

Afortunadamente, nosotros, los ciudadanos de una Europa unida por los lazos de la amistad, seguimos evidenciando día a día que una Europa de ciudadanos es posible y por ende, un futuro.

De hecho, es para quedarse atónito al ver como los países del sur, sobre todo algunos de los más afectados por la crisis económica (Grecia, Italia e incluso España) han sido los primeros en darles una calurosa bienvenida y recibir a esta ola de personas que huyen de sus países como resultado de la miseria y de las guerras.
 
Siguiendo estos ejemplos, creemos en una Europa como fiel ejemplo de un continente donde se conservarán el humanismo, la solidaridad, la fraternidad y la amistad, incluso si nuestros líderes políticos son incapaces de tomar decisiones que van más allá de los desafíos que se les plantean todos los días.

Gracias a la creencia del bien hacer de nuestra Europa y a la consecución de sus actos que podremos ayudar a los más necesitados. Hemos planteado un reto a nuestros amigos de los diferentes países que contribuyen a la edición de este boletín - para dar cuenta de lo que en su país son las buenas prácticas de respuesta a las necesidades de los menos jóvenes.

Seguramente en el XXII Euroencuentro que se celebrará en Chianciano Terme (Toscana, Italia), en mayo de 2016 haremos hincapié en el intercambio de ideas y opiniones sobre las prácticas más adecuadas que conocemos y que nos gustaría ver que se pusiera de manifesto por toda Europa – ese es siempre el propósito de nuestros Encuentros.

Cândido Vintém