Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 18



Cuando en el curso de los avatares humanos suceden catástrofes tan dolorosas como la que supuso la Segunda Guerra Mundial, se impone la necesidad de dar un fuerte golpe de timón con el fin de evitar la repetición de semejantes acontecimientos. Lo que en un principio fue Comunidad Económica Europea, es hoy, ya en pleno siglo XIX, la Unión Europea.

Los profundos cambios introducidos en Europa, junto con los progresos de la ciencia médica y las mejoras drásticas en la calidad de vida, hicieron ver la necesidad de que los jubilados y pensionistas europeos se unieran para hacer oír sus voces en defensa de su presencia como ciudadanos activos a nivel social, político y económico. Así surgió nuestra Agrupación, efemérides de la que este año celebramos el vigésimo aniversario.

Si bien es cierto que sería lógico detenerse un instante para hacer balance de aquellos objetivos logrados, así como de todas aquellas tareas urgentes que faltan por acometer, me temo que es prioritario centrarse en lo segundo mucho más que en lo primero.

La actual situación de crisis en Europa es algo más grave que una mala coyuntura cíclica. Nos hallamos inmersos, ésta es mi opinión en un gravísimo proceso de revisión y de cuestionamiento de nuestra identidad social como ciudadanos europeos. Lo que tras muchos años de esfuerzos y sacrificios se llamado Estado Social de Derecho, Estado o Sociedad del Bienestar, o más simplemente Estado social solidario, característico de la cultura sociopolítica europea, corre el gravísimo peligro de desaparecer en los países del sur de Europa y la amenaza es muy seria en los del norte.

Una concatenación de factores lo explica: la corrupción, escandalosa y galopante, que afecta a las más altas esferas de los gobiernos en es una muestra del proceso de quiebra de la solidaridad social.

Una quiebra que ha comenzado con el trasfondo de una crisis bancaria y financiera, pagada con el dinero de todos, pero de la cual el ciudadano, el contribuyente, no ha sido resarcido.

La introducción del virus que consiste en actuar según el sálvese quien pueda y los últimos que apaguen la luz, está causando tales destrozos que aquello que constituía una seña de identidad especialmente europea, la gestión social de la educación, de la sanidad, y el cuidado al planificar el conjunto de actuaciones propias de las Políticas Sociales, todo ello está desapareciendo.

Bajo sonoros eufemismos tales como Racionalización de las políticas financieras y crediticias, Flexibilización de los mercados laborales, Dinamización de las políticas laborales, no se esconde sino paro, empobrecimiento galopante, desarticulación social, privatización de la educación y de la sanidad concebidos como negocios y desaparición en la estructura de prevención y gestión de las políticas sociales.

La Agrupación Europea ha asistido a todos estos cambios acrecentando su capacidad de previsión y su capacidad de acción. Así, aparte de dotarse con gran rapidez y agilidad de unos nuevos estatutos (Presidencia del Sr. Chrétien), acordes con las exigencias de los actuales momentos, ha realizado los ajustes económicos precisos, sin elevar las cuotas (seguimos abonando 1€ anual por afiliado), sin elevar el precio a abonar por nuestros Euroencuentros anuales, facilitando los ingresos de las distintas Federaciones Nacionales, agilizando las comunicaciones y haciéndolas accesibles para todos. En suma: actuando como europeos.

Pero, parafraseando a Kennedy, no es el momento de debatir lo que la Agrupación puede hacer por nosotros, sino de reflexionar acerca de lo que yo pueda hacer por la Agrupación y hacerlo.

Es el momento de demostrar que somos ciudadanos conscientes de nuestros derechos y deberes; que no renunciamos a los primeros y asumimos los segundos.

Que somos ciudadanos europeos, dispuestos a construir nuestra convivencia y nuestra capacidad de acción juntos, hasta llegar a una plena Unión Europea; que somos miembros de un sector de la población numeroso que se proclama como ciudadanos activos europeos, aspirando a diseñar políticas de protección social tendentes a equilibrar la situación actual y prevenir las que habrán de afectar a la generación futura.

Quienes en la práctica asumen el sálvese quien pueda están muertos. Es hora de apostar decididamente por un juntos podemos que no es sino apostar por una Agrupación Europea que hoy festeja su vigésimo aniversario.

Diego Carrasco Eguino
Profesor Titular de Interpretación de la Universidad de Alicante