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Europa vive en un contexto de solidaridad.

Los sistemas económicos y sociales europeos están basados en la solidaridad, aunque cada uno tenga un enfoque algo distinto de los demás. Con el paso de los años, esta solidaridad ha generado  una red social que permite a todos encontrar su lugar en la sociedad, estar a gusto y contribuir al bienestar general. En las últimas décadas, la solidaridad se percibía como un elemento de estabilidad social.

Francia, al igual que todos los países de Europa, lleva experimentando un envejecimiento veloz de su población durante los últimos años. Esta realidad demográfica, al igual que la crisis económica y financiera, comienza a generar tensiones entre generaciones. Esta situación debería hacer que nuestro políticos evaluaran el funcionamiento de nuestra sociedad. En efecto, durante los últimos meses ha habido cambios importantes y rápidos a los que hay que adaptarse y responder con un nuevo enfoque económico y social de la solidaridad entre las diferentes generaciones. La crisis económica, por su parte, ha añadido una nueva dimensión a la solidaridad, un nuevo desafío, para el que hará falta algo más que un simple enfoque financiero. Hay que ir más allá, es necesario tener en cuenta las necesidades y las expectativas de todos los grupos de edad.

En el sistema francés de protección social y, en particular, la sanidad para los jubilados, el término SOLIDARIDAD implica derechos y deberes inmanentes a cada individuo por el hecho de estar en la sociedad. Esta situación alimenta el debate actual en Francia que tiende a oponer las generaciones jóvenes a las que les preceden, las que se beneficiaron de todas las ventajas de los "treinta años gloriosos” mientras que sus hijos y nietos sufren las dificultades de inserción, la precariedad o el paro.

La solidaridad nacional colectiva es diferente de la solidaridad familiar, que algunos sociólogos consideran como un conjunto de obligaciones recíprocas de ayuda mutua en el marco de la familia. Pero ambas alteran el orden social y político en Francia. La cuestión está en la combinación de las generaciones familiares y las generaciones sociales, y en la complementariedad de la ayuda pública y la ayuda familiar.

La solidaridad, tanto familiar como pública, se ve influida por:

  1. La evolución de la configuración familiar
  2. El envejecimiento
  3. Los cambios en el mercado laboral
  4. La transformación de la solidaridad pública
    1. LA SOLIDARIDAD y la evolución de la configuración familiar.

- La familia es un lugar de solidaridad espontánea, más predispuesto a encargarse de las necesidades intergeneracionales como la dependencia. Pero la familia es vulnerable, está expuesta o bien a la evolución de su estatus social (familias rehechas, adoptivas, monoparentales), o bien a la precariedad de la situación de sus miembros. La solidaridad familiar, por lo tanto, genera desigualdades sociales.
En el 2008 : El 63% de los franceses recibieron ayuda familiar en forma de asistencia o de apoyo para pequeñas tareas de bricolaje, compras, tareas del hogar o cuidado de niños. Sólo el 28% recibieron ayuda económica, que llega más frecuentemente al principio del ciclo de la vida : el 75% de las personas entre 15 y 25 años recibieron ayuda económica por parte de sus familias, frente al 53% de las personas entre 25 y 39 años.
- En el marco de la solidaridad entre las tres generaciones, debemos insistir en el papel fundamental de la "generación pivote”, que tiene entre 49 y 53 años y se encarga al mismo tiempo de los hijos y de los abuelos.
El 89% de esta generación reconoce haber ayudado de alguna manera a sus padres y el 96% reconoce haber ayudado a sus hijos en pequeñas tareas de bricolaje o domésticas y en el cuidado de los niños. En lo que respecta a ayudas económicas, el 9% de la generación pivote ha ayudado a sus padres y el 64% a sus hijos. En Francia, esta generación pivote es conocida como "generación sacrificada”.

    1. LA SOLIDARIDAD a prueba de envejecimiento.

- El envejecimiento de la población ha hecho resurgir el problema de la dependencia de los mayores :
1,1 millones de personas se ven afectadas por la dependencia. El envejecimiento también ha puesto de relieve que el apoyo intergeneracional en el marco familiar es cada vez mayor, y que es necesario que los poderes públicos, desde la solidaridad colectiva nacional, apoyen a los que ayudan a su familia. Es el caso de la ayuda prevista para las familias de enfermos de alzhéimer en el marco del plan Alzhéimer 2008/2012.
En Francia, cuatro personas dependientes de cada cinco declaran recibir ayuda y apoyo por parte de su familia (pareja o hijos). Uno de cada diez niños no supera la ausencia del cónyuge de la persona dependiente. Hay diferencias significativas: las hijas se encargan más de sus padres que los hijos (un 83% frente a un 47%), y los hijos cuidan más de sus madres que de sus padres (un 23% de madres frente a un 12% de padres).
- El envejecimiento de la población ha hecho aparecer el problema de la dependencia. La salud de las personas mayores aumenta a un ritmo estable y éste es el origen de los "nuevos abuelos jóvenes” que se implican en el cuidado y apoyo escolar de los nietos y en actividades no remuneradas al servicio de los más jóvenes. Ahora somos "abuelito” o "abuelita” una media de 25 años de nuestra vida. En Europa, un quinto de la población está compuesta de "abuelos”.

1-3 LA SOLIDARIDAD y los problemas del mercado laboral.
- La solidaridad intergeneracional se ve influida por la evolución del mercado laboral y, en particular, por su feminización. La mujer trabajadora pierde su papel central en el marco de la familia y necesita recurrir a la solidaridad colectiva o familiar para compensar su ausencia en el hogar.
- El impacto de la prolongación de los estudios y el paro de los jóvenes hace que si la población envejece, la pobreza "rejuvenezca”. Las generaciones más jóvenes, que ya se enfrentan a las dificultades de la precariedad y de acceder a la vida activa, tienen el problema de la vivienda y de la independencia. Esta situación hace que los padres y los hijos se vean forzados a convivir en la misma casa, lo que a veces es una fuente de conflictos.
En Francia, está surgiendo actualmente una "generación joven” instalada en la dependencia familiar. Esta convivencia hizo su aparición en los años 80 y 90, y dio paso a un nuevo modelo de familia. Desde el 2001, la convivencia de padres e hijos en el mismo hogar ha subido un 2,8%.
Esta forma de solidaridad entre generaciones, que intenta solucionar en parte la dependencia de los jóvenes, conlleva desigualdades, porque para poder independizarse del domicilio de los padres se depende en gran medida de la clase social.
- Por otra parte, cuando la convivencia se prolonga más allá de los 25 años, toma la forma de una "solidaridad invertida”; las responsabilidades en la familia se modifican. El joven pasa de una situación de asistencia a una situación de protección de los padres.

1-4LA SOLIDARIDAD y la transformación de la solidaridad pública.
- La solidaridad pública genera compromisos, sobre todo en el ámbito social. Cualquier modificación colectiva que aumente la deuda plantea el problema de la equidad de las transferencias sociales entre generaciones y de las comparaciones sociales a las que podrían inducir.
- ¿Podrán las generaciones futuras soportar la carga de la deuda pública que deje la generación anterior? ¿Cómo se podría financiar el gasto público de manera igualitaria desde un punto de vista generacional?

 

¿Puede perdurar la solidaridad intergeneracional?
- Son muchos los que auguran un escenario sombrío de la situación y los que ven en todos estos cambios un obstáculo a la cohesión y a la viabilidad de nuestra sociedad, a mismo tiempo que predicen el fin de la comprensión y de la convivencia armoniosa entre las generaciones.
Durante la Asamblea General de la Plataforma en Bruselas, Anne Sophie Parent, directora de AGE, afirmó sin embargo que hay que aprovechar esta situación para aprender de las experiencias prácticas en cada país y hacer avanzar el debate público acerca de este gran tema social.
- La solidaridad forma parte de nuestro pasado, de nuestra historia, y debe mantenerse en el corazón sin importar que las reformas que llevemos a cabo sean estructurales o fundamentales. Tiene que apoyarse en la promoción de la comprensión entre las diferentes generaciones, pues cada una aporta su contribución esencial a la sociedad.
- En nuestra sociedad que envejece y que se ve afectada por la crisis económica, donde se tiende al individualismo, donde el núcleo familiar se debilita (divorcios, familias rehechas o monoparentales), la solidaridad intergeneracional debe reformularse sobre cuatro ejes principales formulados en la Conferencia Internacional sobre la Solidaridad Intergeneracional del 2008:

  1. Explotar mejor el potencial de cada generación.
  2. Hacer un seguimiento de las acciones para cambiar la imagen negativa de los mayores.
  3. Invertir en los jóvenes (inseguridad laboral, abandono escolar)
  4. No olvidar la "generación sándwich”, la que se encarga actualmente de sus hijos y de sus padres.

- Para acabar, citaré a Vladimir SPIDLA, encargado de los asuntos sociales en la Comisión Europea : "Para conseguir instaurar una nueva solidaridad entre las generaciones, hace falta reconocer al ser humano como principal valor de la sociedad. Hay que valorar de la misma manera al niño, al adulto y al anciano.”

Jean Claude CHRETIEN - Francia