Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 14



La esperanza media de vida de un ciudadano portugués, en el momento del nacimiento, hace 40 años, era inferior a 64 años. En 2007 su esperanza de vida era de 78,2 años. Estas cifras se basan en los estudios del INE (Instituto Nacional de Estadística) - Tabla 1.


Además, según el INE, las curvas de la proporción de jóvenes y ancianos (> 65 años) invirtieron su peso relativo en 2001, y en 2050 se espera que los jóvenes sean solo el 13,1% de la población, mientras que los mayores representan el 31,8% - Tabla 2.


Para entender un poco mejor la situación actual y las perspectivas sombrías para el futuro de nuestras pensiones, también se deben recordar dos cosas, separadas en el tiempo por unos 25 años:

  1. El sistema de pensiones, en general, se creó a fines de los años 60 del siglo pasado (hasta entonces solo unos pocos funcionarios públicos tenían derecho a pensión de jubilación y la mayoría de los trabajadores rurales no tenían prácticamente casi nada).
  2. A principios de los años 90, como una forma de modernizar las empresas y reducir el costo de 'los salarios', el gobierno alentó la llamada 'jubilación anticipada' igual que en la Administración Pública. Como resultado de esta política, muchos miles de empleados, algunos menores de 50 años, se retiraron después de toda una vida de trabajo de  menos de 30 años. Portugal, de 1990 a 2003 empezó a gastar casi el doble del porcentaje de su PIB en el pago de pensiones (del 5,4% al 10,5%, según la OCDE)

Teniendo en cuenta estos elementos, lo que pasa es que la situación actual de los sistemas de pensiones en Portugal (hay dos sistemas - la de los funcionarios y la de los trabajadores del sector privado), es de pre-ruptura.



En general, la población tiene mayor esperanza de vida, lo que es bueno. Sin embargo, como el número de empleados tiende a disminuir, el apoyo de los sistemas de jubilación se reduce (se dice en Portugal que, a corto plazo, habrá solo un trabajador en  activo por cada jubilado).
Los sistemas también se ven obligados a financiar un gran número de ciudadanos que empezaron a contribuir para ellos en 1969 o, y que en los años 90,  interrumpieron su cotización cuando todavía no habían alcanzado el tiempo mínimamente razonable de trabajo para poder disfrutar de una jubilación cómoda o confortable.



Además de los trabajadores, también está claro que los gobernantes están preocupados por la situación. Recientemente se ha introducido el llamado 'factor de sostenibilidad', que es hacer que el ciudadano tenga una vida de trabajo más larga (hasta ahora los 65 años, siendo penalizado en el 5,00% de la pensión  cada año que no lleguen a esa edad) o que realice cotizaciones, aportaciones de valor superior al establecido para financiar su propio 'plan de ahorro-jubilación'.
Por otra parte, el importe de la pensión de jubilación es ahora el 90% del sueldo recibido (el último, en el caso de los funcionarios públicos, o el promedio de todos los años de trabajo para los demás trabajadores). Los estudios de la OCDE sugieren que, a medio plazo, este porcentaje puede descender hasta el 50% de los valores actuales.



Por lo tanto, los sistemas de pensiones portugueses están sesgados desde la base y, con la perspectiva social dibujada, la tendencia va a empeorar aún más con el tiempo.
Creemos, sinceramente, que con la inteligencia de nuestros políticos, el esfuerzo de las actuales y futuras generaciones y también con la sabiduría de casi mil años de historia,  Portugal puede superar las dificultades que no son sólo nuestras sino también de otros miembros de la Unión Europea, de la que nuestro país es también un miembro activo y comprometido.

Cândido Vintém
Presidente de ANAC - Portugal