En Estados Unidos no existe ningún organismo creado por la ley que represente los intereses de las personas mayores. No obstante, existen varios organismos cuya meta es reglamentar algunos aspectos de la sociedad que tienen una repercusión en las pensiones, como son:

La Comisión para la Igualdad y los Derechos Humanos – que se encarga de la discriminación de edad en el trabajo.

La Pensiones Ombudsman – que se encarga de las cuestiones relacionadas con las pensiones laborales.

La Comisión para el Control de la Asistencia Social – se encarga de lo relativo a los cuidados para las personas mayores.

Más concretamente, existen organizaciones sindicales, empresariales y caritativas para pensionistas, en las que pueden ser miembros, local o nacionalmente. A diferencia de otros países europeos, los pensionistas pueden seguir siendo miembros tras la jubilación o afiliarse a un sindicato con tasas de inscripción ventajosas, sin embargo, existen restricciones. Por ejemplo, hay casos en los que los pensionistas no pueden ser miembros de las principales comisiones. A menudo se ven limitados a las comisiones reservadas a los pensionistas.

Diversos organismos como el Age Concern and Help the Aged, defienden los derechos de los pensionistas. La Royal British Legion, que protege a los militares jubilados, es también un organismo muy popular e influyente. SAGA es una organización comercial que se centra en la planificación de vacaciones para pensionistas, tanto en el Reino Unido como en el extranjero. Su objetivo no es representar a los pensionistas, sino el de organizar las vacaciones para grupos de personas de edad similar. El grupo llamado Taxpayers Alliance lleva a cabo acciones, algunas de las cuales benefician a la tercera edad.  Todas estas organizaciones tienen una sólida reputación. Recientemente, se ha creado ISITFAIR con el fin de protestar contra los niveles impositivos locales demasiado elevados, que muchos pensionistas no pueden pagar. ISITFAIR es un grupo de protesta, y algunos de sus miembros han preferido ir a la cárcel en lugar de pagar lo que consideran como exigencias financieras inadmisibles. Gracias a que a que muchas de esas personas son ciudadanos respetables y de edad, sus acciones atraen a los medios de comunicación y al sector publicitario.

En el Reino Unido (R.U.), la organización más importante en la lucha por los derechos de los pensionistas es la National Pensioneers Convention (NPC, Convención Nacional para los Pensionistas), que cuenta cerca de 1,5 millones de miembros afiliados. Hasta hace pocos años, el principal problema ha sido la gran variedad de grupos que reivindican ser el portavoz de los pensionistas.  La NPC ha creado una Carta de los Pensionistas (Pensioners Charter), la cual recoge todas aquellas peticiones para los pensionistas en las que la NPC ha logrado el apoyo de las demás organizaciones. Así mismo, la NPC ha obtenido la aprobación del Royal Collage of Nursing, para firmar y unirse a sus peticiones. Cuánto más importante, es el hecho de que esta Carta tenga el apoyo del Congreso de Sindicatos (Trade Union Congress), ya que es el organismo que representa a todos los sindicatos. La NPC ha luchado con dinamismo por los derechos básicos de los pensionistas del R.U., con la promoción de mociones en el Parlamento y lobbies masivos en la Casa de los Comunes. De este modo, queda patente que la mayor y principal fuerza en la lucha por la justicia e igualdad de los pensionistas procede de la NPC. A diferencia de otras organizaciones que afirman actuar en beneficio del progreso de los pensionistas, la NPC organiza un “parlamento de pensionistas” anual que dura tres días y en el cual participan altos cargos de los tres principales partidos políticos. Se trata de la reunión sobre los intereses de los pensionistas en la que participo y de la cual mi organización forma parte. El director de la NPC es el profesor Alan Walter, un experto muy reputado en el campo de las pensiones que hace unos años dio un discurso en nuestra conferencia de Alicante.

En lo referente a la discriminación de edad, la única ley aplicable a día de hoy es la Employement Equality (Age) 2006 (Igualdad de empleo). Tal y como su nombre indica, sus atribuciones son más bien reducidas y, de hecho, se ha permitido que se eliminen las reducciones de las tasas de matrícula para pensionistas, ¡con la excusa de que alguien más joven puede estar en contra de que una persona de 75 años obtenga una reducción! En estos momentos, la NPC pone en tela de juicio esta interpretación de la ley ante los organismos oportunos. El R.U. tiene el nivel de pensiones estatales más bajo de Europa, cuando en el pasado tuvo el sistema más sofisticado de pensiones de empresa de toda Europa. En general y a excepción del sector público, este sistema ha fracasado. La extensión de este artículo es limitada y no me permite entrar en detalles. Pero, que el ministro a cargo del Trabajo y las Pensiones sea también el Secretario de Estado de Gales, es un hecho que habla por sí mismo. Dicho de otro modo, el Gobierno menosprecia a los pensionistas al elegir un ministro a tiempo parcial. Esto lo dice todo y explica porqué los pensionistas tenemos legítimo derecho a protestar en todo lo que nos atañe.

Para terminar, haré un inciso personal. Durante 15 años fui representante del Congreso de Sindicatos ante los Tribunales Laborales. En aquella época, fui nombrado por el Secretario de Estado para arbitrar casos de Discriminación Racial, Sexual y de Discapacidad. Cuando hace tres años cumplí los 70, se rescindió mi contrato. Con 15 años de experiencia, mis conocimientos sobre el derecho laboral eran amplísimos y no tenía ningún problema para permanecer concentrado durante un juicio. Todo el mundo estaba de acuerdo en ello. Pude oír sobre todo tipo de casos de discriminación relativos a los tipos que he mencionado antes, pero yo había sido despedido por discriminación de edad. ¿No hubiese sido mejor someterme anualmente a una evaluación que determinase si seguía estando capacitado para desempeñar ese trabajo? En el R.U. aún nos queda un largo camino por delante, hasta que las personas mayores reciban un trato decente y justo. Vivimos en una democracia, y si seguimos adelante lo conseguiremos.