Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 12



CURIOSOS. Problemas financieros de las asociaciones inglesas

 

 

MI primer contacto con nuestra Agrupación Europea fue hace diez años a través de la invitación de Pepe Lidón. Me atrajo el concepto de conocer perso­nas de otros países que viven en un contexto similar. La Directiva de mi Asociación accedió a afiliar a todos nuestros miembros y así lo hemos hecho hasta el día de hoy.

 

La Asociación de Jubilados del TSB está integrada por once regiones que incluyen Inglaterra, Escocia y Gales. Yo pertenezco a la del Noroeste y es la que cuenta con una afiliación más antigua. He mantenido varias reuniones con representantes de las diferentes regiones e incluso he llegado a incluir cuatro nuevas regiones en la Agrupación Europea. Todos nuestros miembros pagaban a nuestra Asociación una modes­ta cuota y, además solíamos percibir una aportación anual provinente de nuestro banco por cada miembro afiliado. El mismo banco que ha rehusado mi petición de afiliar todas nuestras regiones a la Agrupación Eu­ropea.

 

El Lloyds Banc absorbió al TSB y poco a poco ha ido eliminando las concesiones que percibíamos los empleados jubilados, empezando por un recorte del presupuesto. Es más, todas nuestras protestas han caído en saco roto y, lo peor de todo es que no tene­mos manera de compensar dichos recortes.

 

El Lloyds tiene una estructura de centros donde los empleados jubilados se reúnen un par de veces al año en comidas subvencionadas por el banco. A diferencia de nuestras asociaciones, estos centros no han mostra­do ningún interés por los Euroencuentros. De hecho, lo único que les dan a sus pensionistas son estas comidas dos veces al año. Nuestras asociaciones organizaban diversas actividades y eventos sociales. Consecuente­mente, tanto los jubilados del TSB como los del Lloyds, llegaron a la conclusión de que no tenían nada en común y que no tenía sentido intentar unirse en una única asociación.

 

Cada año, al participar en los Euroencuentros, hemos disfrutado de diferentes partes de España. La naturaleza singular de estos eventos nos ha permitido forjar numerosas amistades con los participantes de otros países, algo que no es posible en los paquetes vacacionales convencionales, en los que solo te rela­cionas con personas a las que ya conoces.

 

Debido a nuestra implicación con la Agrupación, me convertí en Miembro del Consejo. He de decir que, en lo que al Reino Unido se refiere, cuento con una amplia experiencia en el tema de pensiones y he cola­borado asiduamente en la revista Euroencuentros.

 

Según los estatutos del banco al que pertenezco, estamos limitados a actividades sociales. No tenemos comité nacional ni ningún foro donde debatir sobre materia de pensiones. Nuestras reuniones son pura­mente eventos sociales. De hecho, nuestro banco re­chazó la propuesta de elegir un representante nacio­nal. Sin embargo, se nos sugirió que podíamos hacer­lo de manera simbólica. Hecho al que me negué.

 

Para nosotros, los Euroencuentros son unas vaca­ciones con el aliciente, para aquéllos que estén inte­grados, de participar y debatir sobre aspectos políticos de nuestro trabajo, aunque tengo la impresión de que hay otras personas que lo ven de manera diferente.

 

Los once representantes regionales de nuestras asociaciones se reúnen con los representantes del banco una vez al año. A finales de 2005 el Lloyds TSB nos comunicó que ya no le sería posible reunirse con nosotros y que dejarían de colaborar con la revista que ya se había enviado a los jubilados. Ahora ya ni siquiera nos informan de la muerte de antiguos com­pañeros. Al mismo tiempo, han aprovechado para modificar drásticamente las ayudas que recibíamos. Los detalles son demasiado complicados para expli­carlos en un artículo de esta longitud. Basta con decir que mi región ha perdido dos tercios de la financia­ción que recibía. A consecuencia de esto, algunas aso­ciaciones como por ejemplo la de Gales, se han disuel­to. Asociaciones que eran miembros afiliados y parti­cipaban en los Euroencuentros. Mi región decidió no disolverse aunque ha reducido sus actividades. Son los hechos que nos llevan a la situación actual.

 

Tras quince meses de trabajar bajo la nueva estruc­tura, en marzo de este año mantuvimos, con retraso, nuestra reunión anual. Como he dicho anteriormente, no hemos perdido ningún miembro. En esta reunión les pedí, tanto al banco como al Consejo de pensionistas, que pagaran 1.000 Euros para la cuota de la Agrupa­ción Europea. Tal y como esperaba, se negaron. Tam­bién dijeron que no podemos dedicar una parte de la subvención que recibimos para destinarla a ningún tipo de afiliación, por lo que hemos utilizado las cuotas de nuestros miembros para diferentes propósitos, como por ejemplo mantener la afiliación de aquellos miem­bros que no pueden acudir a las reuniones anuales. Simplemente, no podemos permitirnos un gasto adicio­nal en Europa. La Agrupación Europea no puede ayu­darnos. Lamento que, a causa de nuestra nueva situación financiera, ya no pueda ser miembro del Consejo. Pero espero poder ser un miembro simpatizante al igual que lo es Ruth Rebert de Alemania.

 

De las conversaciones mantenidas con miembros de otros países llego a la conclusión de que éstos tie­nen un nivel mayor de financiación por parte de las asociaciones que los integran. Sin embargo, debido a las restricciones del Lloyds TSB, no podemos aumentar

el nivel de aportaciones. Nuestros pensionistas no pue­den alcanzar los niveles de financiación que desearía­mos. Tenemos unos 735 afiliados, aunque sólo unos 40 acuden a los Euroencuentros. A causa de las medi­das que ha tomado nuestro banco, hemos perdido miembros y no podemos justificar una financiación mayor puesto que son muy pocos los miembros que acuden a los Euroencuentros.

 

Mi región es la única que está afiliada a la Con­vención Nacional de Pensionistas. Este grupo es políti­camente activo en lo que se refiere a la mejora y a la protección de los derechos de los pensionistas en el Reino Unido, y cuentan con unos dos millones de miem­bros que representan a doce millones de pensionistas. Esto hace que el Gobierno no pueda ignorar sus peti­ciones puesto que es evidente que las personas mayo­res votan en un porcentaje mayor al de las personas jóvenes. Además, muchos de sus miembros somos re­presentantes sindicales. Los sindicatos representan la mayor fuente de financiación del Partido Laborista y, de ahí que sean conscientes de la influencia que ejerce­mos. Nuestros miembros ven cómo esta estructura, unto con otras asociaciones, es el único medio de de­bate en el que aquéllos que tienen voluntad de cambio pueden expresarse. No esperan que esta tarea se lleve a cabo desde la asociación a la que pertenecen, pues­to que ni siquiera podemos hablar con nuestros anti­guos jefes. Como antiguo Presidente del Sindicato de trabajadores de Banca, Seguros y Finanzas, y como miembro activo del Partido Laborista desearía que nuestras circunstancias fuesen diferentes. En un mundo perfecto podríamos autofinanciarnos; no se puede lu­char contra un jefe utilizando su propio dinero.

 

Nuestros amigos suecos son diferentes a todos aquellos que participan en los Euroencuentros. Suelen reunirse con antiguos representantes sindicales y profe­sionales de la industria financiera. Además, desde hace un tiempo somos conscientes del coste que supone tras­ladar a los miembros del Reino Unido a los Euroen­cuentros. También tenemos presente la escasa aporta­ción económica que generamos. Por ejemplo, el Lloyds TSB no se anunciaría en la revista. Es irónico ver cómo tanto Alemania como Reino Unido, que no son países pobres, nos encontramos en una posición similar. Qui­zás las relaciones de otras asociaciones con sus bancos de origen tampoco sean demasiado buenas; sin embar­go el mero hecho de pensar que el Lloyds TSB contribu­yera a organizar un Euroencuentro en el Reino Unido y entregara regalos a los participantes, me parece absur­do. De hecho, más absurda es la idea de que algún miembro del Lloyds TSB acudiera a un evento como tal. Participan en el Instituto de Directores y en la Confede­ración Británica de Industria, no con organizaciones que puedan tener visiones “hostiles”.

 

El Reino Unido es la quinta economía del mundo. El Lloyds TSB ha obtenido unos beneficios de 3.7 billones de Libras con la esponsorización de las Olimpiadas 2012 en Londres. Sin embargo, parece irreal que el Reino Unido tenga la peor política en materia de pen­siones de toda Europa. El Lloyds TSB sólo se preocupa de obtener beneficios, y sus pensionistas no los perci­ben. La única obligación que tienen para con nosotros es pagarnos nuestras pensiones.

 

Como Grupo Europeo, nece­sitamos tener en cuenta las dife­rentes culturas y países que lo integran. De hecho, esta es la intención con la que se me pidió que escribiera este artículo.

 

 

Barry Ingham