Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 12



EL SISTEMA DE FINANCIACIÓN DE LAS ASOCIACIONES DE JUBILADOS EN ITALIA

EN Italia no rige un único régimen en lo que a la financiación de las Asociaciones se refiere. Cada una de las Asociaciones establece su propia cuota anual. Es importante recordar que hasta ahora las Asociaciones, generalmente, han aprovechado la hospitalidad de las empresas y han utilizado sus locales, sus equipos y materiales de oficina, etc. He dicho “generalmente” porque existen muchas dife­rencias entre una empresa y otra en este sector. En efecto, hay muchas Asociaciones que han constituido sus propios locales y equipos o, por lo menos, los han integrado. Dicho esto, es preciso analizar la actividad que desempeña la Asociación en la partici­pación de los socios en la actividad de los organismos sociales y qué opinan dichos organismos de las tare­as de la asociación y la disponibilidad de los socios a la hora de realizar acciones de voluntariado.

 

Si simplificáramos todas estas cuestiones, vería­mos que en la mayoría de los casos disponemos de cuotas de asociación muy diferentes según la cate­goría a la que se pertenece en el momento de la jubi­lación, que van desde 8-10 euros anuales hasta un máximo de 70-80 euros anuales. En muy pocos casos la cuota equivale a un porcentaje de la pensión bruta cobrada en el mes de enero o dis­tribuida siempre de forma porcentual en todas las mensualidades, creando de esta forma una distribución más equilibrada.

 

Está claro que en muchos casos la contribución que reciben los socios es mínima y hasta ahora las actividades han podido desa­rrollarse gracias a la contribución de la empresa. La última parte de la frase la he puesto en pasado porque con las fusiones que se han llevado a cabo y las que están en curso en el sistema banca­rio, casi todas las prestaciones monetarias han sido suspendidas y en algunos casos se ha suspendido también la concesión de locales y equipos, obligando así las Asociaciones a buscar otra sede y hacer frente a nuevos gastos para poder desarrollar su actividad.

 

A su vez las Asociaciones pagan una cuota de asociación a la Federación en varios plazos y que disminuye según el número de socios, con un mínimo y un máximo de contribución: en pocas palabras, se empieza de una contribución que disminuye de 1 euro por socio hasta un mínimo de 0,25 euros por socio. Se esta­blece además una cuota mínima de € 150,00 y un máximo de € 2.500,00. (La Federación se compone de 31 asociaciones de las que 14 tienen menos de 500 socios; 9 con un número de socios entre 500 y 1.000; 5 un número de socios entre 1.000 y 2.500; y 3 con un número de socios entre 5.000 y 7.000).

 

Tenemos que precisar un detalle para entender mejor las difi­cultades actuales a las que tienen que enfrentarse las Asociacio­nes para poder subsistir. Los Fondos de Pensiones de reparto que existen en distintas empresas y que representaban un nexo para las Asociaciones, según la reforma del sistema de Seguridad Social aún en curso, se han convertido en Fondos cerrados, es decir, ya no reciben nuevas inscripciones. De hecho, para los que han entrado en el sistema bancario después de la “Reforma Amato” se han creado nuevos fondos de capitalización. Por lo tanto, si las asociaciones siguen en la misma situación preexis­tente, en poco tiempo disminuirán sus posibilidades de interven­ción en materia de Seguridad Social tanto desde el punto de vista nacional como empresarial. Por este motivo, algunas asociacio­nes han modificado su estatuto dando la posibilidad a los traba­jadores en activo de inscribirse, con el fin común de crear un sis­tema de Seguridad Social que pueda ofrecer la máxima seguri­dad en el momento de la jubilación.

 

Claro está que el sistema mejor y más democrático sería el del porcentaje que algunas asociaciones ya han puesto en mar­cha y el que contempla la apertura a los compañeros en servi­cio. Sin embargo, a veces se respira cierta vaguedad o costumbre hacia el desarrollo de los acontecimientos que complican la tarea de defensa de los intereses de los jubilados, pre­sentes y futuros y que, en última instancia, es nuestro principal objetivo.

 

 

Franco Salza
Presidente Agrupación Europea