Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 11



Los jubilados

en España

Tenemos ventajas claras, puesto que cobramos una pensión y tenemos asistencia médica y farmacéutica gratis, y a partir de aquí empiezan los matices. De los 8 millones de pensiones casi 5 millones están por debajo del SMI  (Salario Mínimo Interprofesional), que es de 540 euros/mes; con más de 2 millones con pensiones mínimas que no llegan a 470 euros/mes cuando son individuales.

 

A pesar de los datos mencionados, las instituciones internacionales (OCDE y la Comisión Europea), indican que nuestro sistema de pensiones es demasiado “generoso” y que hay que modificarlo, endureciendo sus condiciones, para garantizar su viabilidad en el futuro. Actualmente el Fondo de Garantía de Pensiones asciende a más de 32.000 millones de euros, para nutrir los posibles déficits que se puedan dar a partir de los años 2020/2025; cuando se supone que no se producirán los superávits actuales. Es decir, que ahora que estamos en “vacas gordas” hay que guardar para cuando vengan las “vacas flacas”; lo cual estaría muy bien si el sistema fuese justo. Pero no lo es, y en algunos casos como el de las viudas, es lamentable.

 

Si en Octubre del 2003 se firma el segundo Pacto de Toledo y en su recomendación 12 se dice “Mejorar sustancialmente las actuales prestaciones de viudedad de las personas que no tengan otros ingresos, especialmente en el caso de los mayores de 65 años”, y han pasado más de 2 años y no se ha cumplido lo suscrito por todos los partidos políticos, ¿qué podemos pensar?. Pues que los gobiernos, de cualquier signo, son bastante insensibles a los que es una necesidad social evidente, sin que puedan alegar falta de fondos dados los sucesivos superávits entre lo que aportan las empresas y trabajadores y los pagos por pensiones.

 

CEOMA propuso en marzo del 2005, que a estas pensiones de viudedad, es decir las que son el ÚNICO ingreso, pasase su porcentaje actual del 52% sobre la base reguladora al 58 %. La respuesta de la Secretaría de Estado para la Seguridad Social fue “Gracias por su indicación”. Dentro del mundo de la jubilación, la sociedad española  tiene un problema importante con las llamadas “prejubilaciones”. Está afectando a los mayores de 50 años; personas en plenitud de facultades y que son apartadas del mundo laboral, ya que difícilmente consiguen otro `puesto de  trabajo, y con muchas consecuencias en todos los niveles, tanto personales (sensación de inutilidad, fustración, depresión, etc.), como de entorno (deterioro de relaciones familiares, de amigos, etc.).

 

 Económicamente se puede pensar que tiene ventajas, al llegar a un acuerdo empresa-trabajador/ empleado, pero se ha de considerar que, en la mayoría de los casos, al llegar a los 60 años se habrá de jubilar y perder como pensión el 35 % de la base reguladora (7% al no ser jubilación voluntaria x 5 años). El despilfarro para nuestra sociedad por estas jubilaciones alcanza unos niveles difíciles de comprender, ya que son más de 1.000 personas /semana.

 

Para complementar los ingresos en la jubilación quien tenga un plan de pensiones tendrá que rescatarlo en una de las dos formas: recuperar todo su importe acumulado, desgravándose el 40% (que desaparece el 1 Enero 2007); o bien irlo retirando en forma de renta mensual, sin ningún beneficio fiscal. En este asunto se puede decir que hay una contradicción: No parece lógico que cuando se está en activo, es decir cuando se gana MAS, se deduzcan de impuestos las aportaciones al fondo de pensiones y que cuando se pasa a jubilado, es decir cuando se gana MENOS, se paguen impuestos por los que se retira del fondo. Otra forma de complementar nuestros ingresos es a través de nuestra vivienda.

 

 Hemos de considerar que es fruto de nuestro esfuerzo a lo largo de los años, que ya tenemos pagada la hipoteca, y que puede ser la mejor fórmula para tener un nivel de vida digno en la última etapa de nuestra vida; puesto que hemos de entender que si nuestros hijos ya tienen su situación profesional y económica resuelta, el valor de nuestra vivienda nos puede garantizar un mejor pasar. Hay dos fórmulas: la renta vitalicia y la hipoteca inversa.

 

La renta vitalicia se contrata como una cesión de la vivienda al fallecimiento, disfrutando del usufructo, y recibiendo una renta mensual de valor concertado. La hipoteca inversa consiste en un préstamo por parte de una entidad de crédito, con la garantía de la vivienda. Se sigue disfrutando de su uso; al fallecimiento del titular, los herederos tienen una doble opción: devolver la suma anticipada con sus intereses, con lo que acceden a la propiedad ó bien venderla, reembolsando el préstamo y recibiendo la posible diferencia entre el valor de venta y la suma anticipada con sus intereses. En la renta vitalicia, los herederos pierden la vivienda mientras que en la  hipoteca inversa no.

 

Los jubilados en España entramos en el mundo de los mayores, con ventajas e inconvenientes. Somos dueños de nuestro tiempo, con lo que esto significa; pero sufrimos unas discriminaciones contra las que hemos de luchar, y que CEOMA concretó en su VII Congreso (Octubre 2005). La discriminación política es palpable; no existimos de forma activa; de 595 concejales de las principales ciudades españolas sólo 8 son mayores de 65 años. Sólo se nos  considera como votantes, puesto que nuestros votos no se jubilan.

 

En Israel en nuevo Partido de los Pensionistas ha conseguido 8 puestos en el Parlamento; y como los israelitas marcan pautas, en todos los niveles, habremos de  considerar la posibilidad de hacerlo en España.

La discriminación sanitaria es evidente. Los mayores, especialmente los ancianos, necesitamos ser atendidos por geriatras. Sólo hay MIL en toda España. Y lo que es peor, de 217 hospitales de más 100 camas, sólo 78 (el 36%) tienen asistencia geriatrica especializada, y en algunas comunidades autónomas el dato es estremecedor: elPais Vasco con 17 hospitales NINGUNO tiene este servicio; o la Comunidad Valenciana de 23 hospitales sólo lo tienen 5.  Y qué decir de la discriminación a nivel sociedad, donde solo la fuerza y empuje de la juventud, y los triunfadores a nivel deportivo o económico tienen consideración social.

 

En los medios de comunicación social la imagen del mayor se esconde y se evita, cuando no se dá una imagen distorsionada. Queremos ser mayores activos, y no sujetos pasivos de forma paternalista, por lo que se impone la UNIÓN, a través de organizaciones de mayores.

El futuro TAMBIÉN es nuestro.

Enrique Peidro

Albaladejo

Coordinador de la Comisión

de Pensiones y Asuntos Sociales de CEOMA