Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 11



EL PODER GRIS

O la representación ciudadana de los jubilados

Durante nuestros Euroencuentros, siempre hemos puesto en evidencia una situación que se da en la mayoríade países de la Unión Europea: los jubilados no son considerados ni reconocidos como ciudadanos de plenoderecho. Están prácticamente ausentes en las instancias donde se tratan los problemas que les conciernen.

 

Más que nunca, se está viviendo esta situación muy negativamente por parte de los jubilados franceses.

La duración del tiempo de vida se ha prolongado, lo que, asociado con los progresos de la medicina, permite hoy en día a algunos de nuestros colegas estar en situación física e intelectual para gestionar los problemas de las personas mayores y de asumir con carácter de ciudadanía de pleno derecho, una misión y unas  responsabilidades que la Constitución les niega.

 

Ante el vencimiento de plazos electorales importantes, cada día que pasa, esta preocupación se agudiza en Francia. La protesta de los “cabellos grises” se vuelve más intensa con las acciones llevadas a cabo por la CFR (la Confederación Francesa des Jubilados, que agrupa a 2 millones de jubilados franceses), a la que se suma la Federación de Jubilados del Grupo de Cajas de  Ahorros.

 

Es inconcebible que se acepte esta forma de discriminación en base a la edad en el siglo XXI, discriminación que recae sobre la representatividad en los organismos donde se tratan los problemas que  conciernen a los jubilados y a las personas mayores, o en lo tocante a áreas delicadas como por ejemplo la fiscalidad o las deducciones sobre la renta imponible y sobre las cotizaciones del seguro complementario sanitario.

 

No obstante, la prolongación de la vida genera un fenómeno sociológico difícilmente integrable por nuestros sindicalistas y por aquellos a los que hemos elegido en las urnas. No desean esta integración ya  que, de algún modo, temen en un mañana más o menos próximo, al PODER GRIS, elpoder de las canas y de las sienes grises.

 

Desde la década de los 80, las dificultades con las que se han topado los sistemas sanitarios y de pensiones han provocado una toma de conciencia por parte de las asociaciones de jubilados. Las intervenciones se multiplican, las manifestaciones salen a la luz, los últimos resultados electorales llevanimplícito un voto sancionador, en el que se halla el de los jubilados.

 

Los jubilados empiezan a ser conscientes de sus “recursos políticos” para presionar a los que deciden. En algunos países, los jubilados han fundado partidos políticos específicos; es el caso de Israel donde son 4 los diputados con escaño en la Knesset. ¿Nos hemos aquí ante un eventual peligro democrático? No lo creo. Por el contrario, la idea de la emergencia de un PODER GRIS se difumina progresivamente, a medida que los niños de la generación del baby boom se convierten en papis boomer y, que correlativamente se deteriora la protección social.

 

No pienso que los jubilados franceses estén listos para crear su propia estructura política, ya que en nuestra cultura occidental existe todavía una relación compleja entre edad y poder. En cambio el PODER GRIS, en torno a estructuras de confederaciones, cristaliza cada vez más claramente, bajo la forma de grupos de presión, y de estrategias de influencia a través de acciones de lobbying y de intervenciones ante los candidatos electos, nacionales y europeos.

 

Las formas de acción colectivas sorprenden ya que son testigo de un fenómeno nuevo que se decanta por tipos de acción directa sobre los que detentan el poder de decisión y sobre todo por la estructuración en el seno de las federaciones, confederaciones independientes de las centrales sindicales.

Implícita o explícitamente, la política de las personas mayores apunta hacia interrogantes y expectativas provenientes de la cohorte de los nuevos jubilados que se cuestionan la redefinición de las edades y de su papel social y económico en una sociedad del siglo XXI. Históricamente, la integración social de los jubilados en Francia, se inicia a partir del informe Laroque en 1962, pero no será hasta 1982 cuando el poder político abra una brecha mediante la creación de un Secretariado de Estado para las personas mayores y ofreciendo puestos, con carácter consultivo, en los organismos nacionales y regionales. 1982 constituye una etapadecisiva con la puesta en marcha del CNRPA, el comité nacional de los jubilados y personas mayores, erigiéndose de hecho en la representación consultiva de los jubilados.

 

De 1980 a 1990, y como reacción a las políticas públicas, en particular en materia de ingresos, de jubilación y sanitaria, asociaciones o federaciones de jubilados con carácter reivindicativo se constituyeron para influir sobre la acción del Estado. Las  confederaciones, las asociaciones de jubilados no sindicales, han intensificado sus reivindicaciones en este ambito, con vistas a reforzar su integración en el proceso de participación iniciado por los poderes públicos.Pero en el camino de la reivindicación de su integración en los mecanismos consultivos y de decisión, las organizaciones no sindicales de jubilados han puesto en tela de juicio la situación de casi monopolio de los sindicatos en larepresentación de los intereses sociales de los jubilados y de las personas mayores.

 

En Francia, las organizaciones sindicales se escudan tras la ley y lareglamentación para oponerse a la representación de los jubilados comogrupos independientes, comprendidos en las estructuras paritarias de gestiónde organismos sociales. La oposición entre sindicatos y asociaciones se mantienetambién a causa de la situación paradójica de los sindicatos que son ala vez participantes en las decisiones sobre protección social, en calidad deagentes sociales, pero ajenos a toda definición de la política sobre vejez, gestionadapor el Estado.El reagrupamiento de las federaciones en el seno de la ConfederaciónFrancesa de Jubilados (la CFR, fuerte con sus 2 millones de miembros) le permitedistanciarse ampliamente del conjunto reagrupado de las organizacionessindicales de jubilados.

 

En la medida que aportan solidaridad a la sociedad, los jubilados francesespodrían detentar una cuota de poder. El poder, tal y como lo utilizanlos anglo-sajones, “el poder gris” que es capaz de hacer dimitir a todos losjubilados de las asociaciones para forzar a la toma de conciencia de que sonciudadanos de pleno derecho.Hoy por hoy, no es factible utilizar este tipo de lenguaje en Francia, tal ycomo lo afirma el sociólogo Juan Paul VORIOT DURANDAL: “un lenguajetal no es factible en Francia, donde se nos considera como “amables viejecillos”...Pero podría ser plausible con el tiempo... Es quizá esta noción la quelos gerontólogos llaman EL PODER GRIS.

 

EL PODER GRIS no se puede limitar a la acción de un grupo de jubiladosorganizado en el plano gerontológico, no puede más que reforzar un comportamiento;la participación en la orientación sociopolítica de la Naciónpuede constituir igualmente la razón de ser de un Grupo.

Las diferentes y diversas caras de la protesta social de los jubilados constituyen,“in finé”, una acción directa sobre la Sociedad, una forma de poder,que respaldada por el tiempo y la experiencia de que disponen los jubilados,

puede favorecer una nueva dinámica de la acción colectiva, ya sea social opolítica.

 

A la sociedad en su conjunto le resta integrar elhecho de que EL PODER GRIS no generará ningún peligrodemocrático si incorpora un hecho social evidente,ineludible: LA REPRESENTACIÓN CIUDADANA DELOS JUBILADOS Y DE LAS PERSONAS MAYORES.

Jean Claude Chretien

Vicepresidente Francia

Agrupación Europea