Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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SOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES EN ESPAÑA  

     En España estamos escuchando y leyendo últimamente, y con demasiada frecuencia, la problemática  de las pensiones públicas. También ocurre en otros países de la Unión Europea, y siempre utilizando como argumento el envejecimiento de la población.  Apoyándose en esto, se dice que no está garantizada la sostenibilidad del Sistema de Pensiones Públicas, ya que según aumenta la esperanza de vida, hay que pagar las pensiones durante más tiempo  y a más perceptores, y no se podrá sostener su financiación con las cotizaciones de los trabajadores activos en cada momento. 

     En España, en el año 2005, las personas mayores de 64 años representan el 17% de la población y en el 2050 se calcula que representarán el 33%. En el 2005 la relación entre la población de 20 a 64 años, teóricamente los que están en edad laboral, representa el 3,77; estadísticamente se considera que en 2050 la relación bajará al 1,47. Actualmente los octogenarios son en España el 3,8% de la población y en 2050 serán el 10%, uno de cada tres personas mayores. La relación de activos-pasivos es a junio de 2005 el 2,57. La estructura demográfica pone de manifiesto la intensidad del problema del envejecimiento en nuestro país. Por otra parte el número de población cotizante afiliado a la Seguridad social, referido a junio de 2005, alcanza un total de 17.942.395 personas, y el Fondo de Reserva para las pensiones, a fecha 8 de julio del mismo año tiene un volumen de 26.650,89 millones de euros, lo que representa un 3,18% del PIB y servirá para hacer frente a casi 6 mensualidades de la nómina de pensiones. 

     Ante la problemática que presenta todos los datos anteriores, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha preparado un trabajo que ha presentado al Comité de Protección Social de la Unión Europea, titulado “Informe de estrategia de España en relación con el futuro del sistema de pensiones” y del que destacamos la siguiente información:   

Proyección de ingresos y gastos de la Seguridad Social representado en millones de euros: 

     

PROYECCIÓN           2005          2010          2015         2020
Gastos 80.590,78 107.825,68 138.623,61 176,638,09
Ingresos 86.612,90 111.748,04 137.998,15 158.916,89
Superávit / Déficit 6.022,12 3.922,36 - 625,46 - 17.721,20
Fondo de reserva 26.650,89 51.816,86 55.969,71 2.593,30

Para la elaboración de esta proyección se han tenido en cuenta las situaciones siguientes: 

  • Nuevas proyecciones de población general española efectuadas por el Instituto Nacional de Estadísticas.
  • Evolución de los datos macroeconómicos basados en la nueva base 2000 de la Contabilidad Nacional Española, publicados en mayo de 2005.


 

Analizando la información que aparece en el cuadro, cabe destacar los aspectos siguientes: 

  • Hasta el 2014 se seguirá produciendo superávit en el Sistema de Pensiones de la Seguridad Social.
  • En el 2015 aparece el primer déficit, por un importe equivalente al 0,04 % del PIB.
  • En el 2015 se comienza a utilizar el Fondo de Reserva de las Pensiones para equilibrar los pagos.
  • La utilización del Fondo de Reserva permitirá equilibrar los resultados negativos del periodo 2015 – 2020.
  • A partir del 2021 se empezaría por tanto a producir déficit efectivos.


 

   Está claro que hay un plazo temporal suficiente (15 años) para efectuar las necesarias reformas que consoliden y que produzcan el efecto de una garantía en el equilibrio económico-financiero del sistema de Pensiones Públicas a largo plazo. 

   Entre las soluciones que plantea el estudio elaborado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se apuntan algunas medidas entre las que destacamos las siguientes: 

   Considerar en la base reguladora para el calculo de la pensión toda la vida laboral, en lugar de los 15 años que actualmente se aplican. Aumentar los años de cotización para tener derecho a la pensión; retrasar la edad de jubilación ampliándola de 65 a 67 años. Eliminar la jubilación anticipada., etc.  También se plantea fomentar el desarrollo de las prestaciones complementarias con miras a que, antes de que acabe la década, la mayor parte de los trabajadores del sistema de la Seguridad Social pasen a tener previsión complementaria. En definitiva, se apunta la conveniencia de potenciar los sistemas de protección social complementaria como instrumento importante de ahorro y previsión a largo plazo: se pretende que los trabajadores tengamos fondos de pensiones de empleo y/o fondos de pensiones personales. 

   Analicemos alguna de las citadas medidas que se proponen: por ejemplo, aumentar los años de cotización para tener derecho a la pensión. En mi opinión, esto debería llevar implícito que el periodo de trabajo, y por lo tanto de cotización, pudiera comprender entre los 35 y los 50 años. Recordemos que hoy día para tener derecho al 100% de la pensión hay que tener cotizados 35 años, y la realidad muestra que es bastante difícil conseguir aumentar más de 35 años el periodo de trabajo. Actualmente el acceso a un trabajo estable se está produciendo en el entorno de los 30 años de edad, por lo que la vida laboral sólo podría alcanzar, en el mejor de los casos, los 35 años que hoy se exigen para el 100% de la pensión. Hoy día, con la globalización y la volatilidad de las empresas, es frecuente encontrar personas con más de 50 años que, si se encuentran en paro, tienen muchos problemas para encontrar un nuevo trabajo. Las empresas quieren rejuvenecer sus plantillas. 

   El retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años no parece que vaya a tener consecuencias muy positivas en el sistema de pensiones. Sólo se retrasa 2 años la percepción de la pensión, y nos podemos preguntar, ¿interesará esto a las empresas, cuando lo que están haciendo es rejuvenecer las plantillas? Parece claramente que la respuesta es negativa. 

   En cuanto a potenciar las prestaciones complementarias mediante los fondos de pensiones, parece que es una medida que todos los empleados en activo habrán de tomar, lo que obliga a prolongados periodos de aportación de cuotas, con un coste de gastos de gestión, y cuando tengan que cobrar la pensión complementaria habrá otro gasto de gestión. 

    De todo lo expuesto  y del rápido análisis realizado se concluye que los gobiernos tienen serias dudas sobre su capacidad para hacer frente a la sostenibilidad de las pensiones.  En definitiva, parece que la sociedad no está preparada para el coste social de la prolongación de vida, lo que alguien ha calificado como “el cambio más importante de toda la historia de la evolución”. 

   En mi opinión, debemos estar expectantes a las soluciones que se planteen, y muy atentos a su repercusión en nuestra calidad de vida, que bajo ningún concepto, podemos perder. Este es un tema que creo  afecta de pleno a los OPPS (Observatorio Permanente de la Seguridad social), organizados en la Agrupación Europea   durante el Euroencuentro 2005 celebrado en Islantilla, pues un estudio detallado de los indicadores en los distintos países de nuestra área de actuación, podría orientar nuestras actitudes personales y corporativas, 

   José Roberto López Martínez

   Vicepresidente Ejecutivo de la Agrupación Europea