El diputado Douyère ha presentado un proyecto de ley que, de ser aprobado, abocaría a la desaparición de las Cajas de Ahorros y la Caja de Jubilación, a la erosión continua y precipitada de nuestras pensiones y a la ausencia total de representación de los jubilados.

El señor Douyère esgrime las viejas cantinelas del lobbing bancario y de otras entidades y organismos aireados por la prensa: coeficiente de explotación demasiado elevado, salarios por encima de la media, resultados financieros demasiado débiles, excesiva contratación de personal, régimen de jubilaciones demasiado generoso, estructuras sociales demasiado favorables, etc. etc. Argumentos que frecuentemente son desmentidos por el análisis.

El proyecto no olvida la exclusión de los jubilados a título electivo de las instancias de grupo, así como la debilitación de las mayorías democráticas existentes, apuntando esencialmente a captar nuestros fondos propios para nivelar los presupuestos del Estado y nutrir otros organismos de jubilados deficitarios, entre otros. Nosotros, dice R. Leterre, hemos recurrido de palabra y por escrito en nuestros encuentros con el señor Douyère, con los ministerios tutelares, con el gabinete del primer ministro, con los presidentes de las asambleas, de los grupos y de la comisión de finanzas, arguyendo que la urgencia de las reformas debería aplicarse a los sectores que van mal, lo que no es nuestro caso.

Y todavía hay rumores más alarmantes: se trata de transformar las Cajas de Ahorros en sociedades anónimas cooperativas, dando plenos poderes a los accionistas y admitiendo inversores asociados (bancos, seguros...), y algo gravísimo: la exclusión del circuito de las Cajas de Depósitos.

(De INFOS retraités)