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Reflexionando sobre los fines y objetivos de la Agrupación, es mi opinión que también debemos considerar entre los mismos el actuar como un foro de iniciativas, un cauce que nos sirva a todos para presentar proyectos, ideas, en definitiva una vía de comunicación entre todos los que formamos parte de la misma. La Agrupación, además de intercambiar experiencias y conocimientos, debe amparar y promover sugerencias y líneas de futuro, pero, lógicamente, la Asamblea soberana es la que debe decidir si interesan y se llevan a la práctica. Nuestra entidad debe buscar el beneficio común y siempre ha de ser, como es, transparente en su gestión.
Cuando se presenta un proyecto es porque se piensa que puede interesar a una mayoría. Entre compañeros, entre colegas, no se venden las ideas ni los proyectos; entre nosotros las ideas y los proyectos se ofrecen para comentarlos, para hablarlos y matizarlos. En definitiva, para mejorarlos, para enriquecerlos con las aportaciones y sugerencias de todos los que puedan estar más interesados en ellos. Si interesan, se sigue adelante, y si no, se aparcan.
¿Cuál es el motivo de esta reflexión? Básicamente explicar por qué retomó la Agrupación el proyecto de la Ciudad Residencial para mayores y cómo trabajó para el mismo. Éste era un proyecto, una inquietud, un deseo antiguo de muchos de nuestros compañeros, quienes ya lo habían planteado anteriormente y estaba aparcado porque, en su momento, no resultó viable. Pensamos que el proyecto podría retomarse y analizar su viabilidad en los momentos actuales.
Y, ¿cómo nos planteamos empezar a trabajar para este proyecto? En primer lugar queríamos conocer las necesidades, los deseos de los miembros de la Agrupación. Para ello pensamos que la herramienta ideal era una encuesta, pedimos la colaboración de un miembro de la Agrupación perteneciente a la Asociación de la CAM, José Ramón Yébenes, catedrático de la Universidad de Alicante, para que la preparase.
La encuesta se presentó en el Euroencuentro 2002, en Peñíscola, y posteriormente, con las respuestas recibidas (cerca de 200) realizamos el trabajo de captura de datos y tabulación de resultados, analizándose los mismos por parte del compañero Yébenes, y se publicaron en nuestro Boletín del 2002.
Ya conocíamos la opinión de la mayoría de los que contestaron la encuesta; el siguiente paso fue establecer contactos con grupos inmobiliarios y distintos despachos de arquitectos para buscar información, para asesorarnos y para analizar las condiciones y posibilidades de terrenos donde poder ubicar la Ciudad Residencial.
Nuestro compañero José Lidón contactó con un grupo promotor importante y con un despacho de arquitectos amigos. Yo lo hice con otros grupos y posteriormente Lidón, Barberá (Presidente de la asociación CAM) y yo, los tres conjuntamente, tuvimos un par de reuniones con el gabinete de proyectos inmobiliarios más importante de Alicante.
Después de estos contactos comprobamos que había que empezar por disponer de un terreno para poder redactar el proyecto, y, lógicamente, la Agrupación no disponía de fondos propios para poder pagarlo anticipadamente al precio de mercado actual.
Un compañero de la Asociación de la CAM (Roberto Colom) que sabía en lo que estábamos trabajando, nos ofreció conocer unos terrenos de su propiedad y fuimos a visitarlo los tres que habíamos mantenido las reuniones con el gabinete de Alicante, acompañados de quién preparó la encuesta y analizó los resultados de la misma, el compañero Yébenes. Pudimos comprobar que el terreno básicamente reunía en nuestra opinión las condiciones que la encuesta reveló como deseos de la mayoría, pero lo más importante es que este terreno se ofrecía a la Agrupación a precio de mercado, y a pagar cuando la Ciudad Residencial estuviese hecha y vendida.
El siguiente paso lo dieron los compañeros Yébenes y Colom, visitando diferentes Residencias y Ciudades Residenciales de personas mayores de la Comunidad Valenciana para estudiar su funcionamiento, y analizar defectos y virtudes para tenerlos en cuenta en el anteproyecto que se quería presentar en el Euroencuentro de Mallorca.
En definitiva, lo que se pretendía era presentar un anteproyecto que pudiera ser enriquecido y mejorado por todos y, si existiesen suficientes miembros interesados en el mismo, estudiar conjuntamente su organización y viabilidad para ponerlo en marcha. Si un proyecto no interesa, se aparca, se abandona y no pasa nada.
Termino estas reflexiones repitiendo que la Agrupación también debe ser un foro de iniciativas, un cauce para intercambiar conocimientos y experiencias, para desarrollar ideas y proyectos y un importante cauce de comunicación y solidaridad entre todos nosotros. Sobre todo, nuestra Agrupación debe ser un modelo abierto, un lugar de convivencia y encuentro que genere sinergias interesantes para todos nosotros .
Entre colegas se presentan sugerencias, se estudian, se analizan y siempre es la Asamblea soberana la que tiene la última palabra. Así debe ser siempre.
José R. López
