La edición del boletín de este año llega en un momento en que Europa se enfrenta a algunos retos de muy difícil solución y para los cuales al parecer no está teniendo capacidad de respuesta.
Como la Unión Europea todavía sigue sin tener voz propia, los acontecimientos en sus fronteras (o más allá de ellas) aún siguen sin tener una respuesta efectiva.
Los sucesos de Ucrania, un país que se prepara para formar parte de la Unión Europea, ponen de manifiesto que el entendimiento entre países no es tarea fácil. La historia de la U.E. sigue teniendo mucho peso y las decisiones en su nombre siguen estando marcadas por esta larga tradición histórica.
En una reciente visita a los países bálticos, los que integraron la antigua Unión Soviética (Estonia, Letonia y Lituania), tuve la oportunidad de intercambiar ideas y sentimientos con algunos de sus ciudadanos. Queda claro que lo está ocurriendo en Ucrania está siendo seguido con especial atención y muy de cerca, especialmente por Lituania.
Pero las actuaciones tan decididas de la Unión Europea también se reflejan en las medidas que se están tomando en Occidente ante las amenazas experimentadas en las tierras más distantes como es el caso de Afganistán, Siria, etc.
En resumen, hay un país que se encuentra a la cabeza de todas estas cuestiones, y no es otro que Estados Unidos y en menor medida algunos países europeos que de una forma u otra se posicionan individualmente dejando a un lado a los Estados Miembro restantes que también tendrían que formar parte de cualquier decisión que la U.E adoptara.
Sólo cuando los líderes de la "Lejana Europa", es decir Bruselas o Estrasburgo, tuvieran el coraje de adoptar una posición férrea, global e independiente, teniendo en cuenta las características específicas del "Viejo Continente", se podría hablar entonces de una verdadera Unión Europea.
El sentimiento de pertenencia a un lugar es decisivo en la vida de la humanidad, así como la historia tan bien documenta, tendrían que ser elementos definitorios que dejara ver la Europa Unida que todos tanto deseamos.
Creo que nuestra generación, está siendo protagonista de un legado histórico que nos está dejando entrever dramáticamente a donde nos conduce "nuestro espacio". Esta situación tendría que servir como base para que la Unión Europea se diera cuenta de la realidad social que está viviendo y que no todo se resume a una realidad económica.
Nuestros Euroencuentros sirven para expresar nuestras opiniones libremente llegando a acuerdos y conclusiones consensuadas por todos. Esto refleja un ejemplo de cómo las instituciones europeas deben trabajar para transformar una Europa de “mosaico” en una Europa Unida.