El abuso económico, aunque no se le presta atención, es más frecuente de lo que nos podemos imaginar: “es como el maltrato financiero, explotación o abuso fiduciario, económico o material” (Hafemeister, 2003), es también “la utilización no autorizada e inapropiada de los fondos, propiedades u otros recursos de una persona mayor” (Stein 1991). Muchas veces el agresor es familiar o cuidador del mayor, dispone de su dinero sin su consentimiento, le obliga a modificar el testamento o cambiar de nombre la vivienda. Las personas de edad y más particularmente los más pobres son los más vulnerables, las más expuestas a este tipo de discriminación.
La Agrupación Europea, en relación con la Discriminación Económica de los Mayores, plantea las propuestas siguientes:
· Que se elimine la discriminación por edad para la obtención de un empleo
· Que la formación continua y la promoción no sean afectadas por la discriminación por edad
· Que las personas mayores accedan a los seguros sin tener en cuenta su edad y que las tarifas no sean prohibitivas
· Que no exista discriminación para el alquiler de viviendas a las personas mayores